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miércoles, 17 de julio de 2024

REÍR

 



Reír es un estado de felicidad, de bienestar, de no se sabe qué, pero se está muy bien cuando nos reímos. ¡Quién no recuerda esas veladas estupendas con amigos o familiares en las que nos hemos desternillado de la risa! En las que se nos han roto los cartílagos y se nos han desencajado las mandíbulas de tanto reír. Reír estimula todos los músculos del cuerpo. A veces, nos hemos reído tanto que hemos perdido las fuerzas y casi nos caemos al suelo de tanta risa. La risa nos introduce en un estado de felicidad que, aunque sea pasajero, es un estado que nos gusta repetir continuamente. Siempre recordamos esos momentos como muy especiales. Y, curiosamente, son precisamente esos recuerdos los que marcan el nivel de felicidad que hemos alcanzado. Los momentos felices siempre gusta traerlos a la memoria, mientras que las situaciones de dolor o infelicidad tratamos de olvidarlas, aunque sea inconscientemente. Asociamos el estado de felicidad en nuestra vida con la cantidad y la calidad de las risas que hemos disfrutado junto a los demás.

Por eso reír a menudo es muy importante. Cualquier ocasión se puede aprovechar para sonreír o reír abiertamente. Nos ayuda a olvidar las preocupaciones que nos impiden avanzar y afrontar la vida de manera positiva. Podemos comunicarnos con los demás utilizando nuestros recursos personales para que se compadezcan de nuestro estado o transmitir, de manera positiva, lo que nos afecta sin que la otra persona se sienta incómoda. Se puede decir: “Tengo una artrosis galopante que me impide mover sin dolor mis articulaciones. No sabes los dolores que tengo y lo mal que lo estoy pasando.” Y también, “Mis huesos son una carraca a los que le falta mucho aceite. Cuando ando, sueno como una maleta de ruedas en una calle de adoquines.” La realidad es la misma. Cada cual elige la actitud de vida que le gusta. 

De las personas que más nos acordamos suelen ser de aquellas con las que nos lo pasamos muy bien. Cuando nos encontramos y convivimos con personas que están siempre tristes, que no se ríen, que todo lo ven de la manera negativa, pues procuramos alejarnos de ellas. Sin embargo, con aquellas otras personas que son alegres, que siempre buscan la sonrisa y encuentran motivos para reír, nos encanta estar con ellas.

Hay que reírse de todo. Primero reírse de uno mismo, de las cosas que hacemos y de lo que decimos. Hay que reírse de cualquier estupidez que nos vayamos encontrando a lo largo de nuestra vida. Los abuelos se ríen de los nietos. Los hombres de las mujeres y las mujeres de los hombres. Nos reímos de los presentadores de televisión, de los políticos, de los payasos y de los que se creen muy listos y manifiestan su torpeza con demasiada evidencia.

Reír. Buscar ocasiones para reír, intentar en nuestra vida que al día no hayan pasado menos de veinte veces que no nos hayamos reído de algo. Cuando ya nada nos hace gracia hemos perdido la alegría de vivir, la alegría de sentirnos vivos.

Algunos, la mayoría de las veces, creen que la risa siempre  va dirigida hacia ellos. Que ellos son la causa del hazme reír de los demás. Quizás se crean el centro del universo, pero normalmente no lo son. Reír con respeto. No reírse de las personas sino de las situaciones que provocan las personas. La vida es un gran teatro en el que todos jugamos a ser lo que realmente no somos. Y mientras desarrollamos la actuación, nos percatamos de que la interpretación ha sido sencillamente eso, una interpretación. Somos malos actores y por tanto nos podemos reír de nosotros mismos. Y mientras actuamos, ¿qué importancia tiene que los demás se rían de nuestra interpretación?


lunes, 8 de julio de 2024

BRUJAS DE TRASMOZ

 




El primer sábado de julio, todos los años se celebra el día de las brujas en Trasmoz. Los visitantes deambulan por sus calles. Despacio. Mirando a un lado y a otro. Con los ojos bien abiertos para no perderse el contacto con alguna bruja del lugar. Cada puerta sugiere la estancia de seres extraordinarios envueltos en abrigos de misterio. Embrujos ancestrales cargados de maldiciones y buenas venturas. Las chimeneas, tiempo atrás, expandían el humo sobre el valle dejando constancia de los sabrosos cocinados de carnes y caldos hechos por mujeres fuertes, hacendadas, dispuestas a salir adelante frente a cualquier adversidad.

En Trasmoz, anualmente, se elige a una mujer del pueblo como bruja del año. Se trata de destacar a la mujer del municipio que se ha interesado e implicado en la mejora del pueblo. Dar visibilidad al esfuerzo y dedicación de la mujer que colabora para que su pueblo sea un lugar más acogedor, más habitable y humano. Porque esas son las cualidades que mejor describen a las verdaderas brujas de Trasmoz. Mujeres que buscan las mejores soluciones para resolver los problemas de sus convecinos. Antiguamente elaboraban ungüentos y remedios caseros para mejorar la salud, curar heridas o paliar enfermedades. Proporcionaban alimentos a sus familias y cuidaban del lugar y el ambiente donde vivían. ¿Hay algo más importante que realizar estas cosas?

Día de la Feria de brujería. Las nubes envuelven la tarde de misterios. El Moncayo majestuoso reposa en el tiempo. Las historias engalanan las calles de esoterismo. Los papás responden a las preguntas curiosas de los niños. Respuestas que generan nuevas preguntas incontestables. Cuando el misterio se intenta explicar, éste se hace más voluminoso e incomprensible. Y emergen muchos más cuentos y leyendas sobre la magia moncaína. 

Algunas personas suben a lo más alto del castillo para ver en lontananza hasta donde lleguen sus ojos. La belleza se derrama a los pies de la tierra en tapices de colores verdes y ocres. Y las manos se quedan vacías al intentar atrapar las maravillas de estos lares de encanto. Trasmoz, pueblo maldito en su historia y, a la vez, bendito por sus brujas y todas las brujas, que sin ser conscientes de que  lo son, se acercan a visitarlo.

 

sábado, 29 de junio de 2024

Disfruta

 Disfruta

Hoy es un día para disfrutar. A pesar de todo. Hoy sigue siendo un día para disfrutar. ¿Para qué necesitamos reunir una cantidad ingente de condiciones y requisitos garantes de que podremos disfrutar? Basta dejarse llevar. El tiempo transcurre sin nuestro permiso. Un día sucede a otro, una hora a la anterior y los minutos juegan con nuestra historia como niños en el parque.
La vida es un regalo continuo. Una posibilidad de soñar, de crear, de hacer, de reír y llorar. Este regalo lo hemos recibido porque sí. Nadie se lo ha ganado o merecido. ¿Alguien sospecharía en su no existencia que podría ser consciente de que iba a pertenecer, durante un tiempo, al mundo de los vivos? Y, ahora que puede disfrutar de ese regalo, se complica la vida para echarlo a la escombrera de los miedos personales. Incluso se atreve a despilfarrar el tesoro más apreciado que es el tiempo.  Hora que pasa, hora que no vuelve. Por ello, hoy es un día para disfrutar.
Desde el mismo instante que te despiertes enciende este interruptor. Dale al ON. Respiras, disfruta. Ves la luz matinal, ese sol que aparece por el este, esas imágenes con sus claridades y sus sombras, disfruta. Oyes, escuchas el ruido de fondo del tráfico, los portazos del entrar y salir de los vecinos, el motor del ascensor, el trino de algún pajarillo, las risas de los niños, disfruta. 
¿Puedes hablar? Habla. Expresa lo que sientes y escucha. Alégrate de que puedes comunicarte con los demás. Déjate llevar por las mejores intenciones de que los otros estén deseosos de tu presencia. Habla con la boca la mitad del tiempo que escuches con el corazón. Disfruta. Sólo pasas por este mundo una vez y merece la pena aceptar este maravilloso regalo, como el niño que abre con avidez las sorpresas que les dejaron los Reyes magos. Sí no lo deseas así, tu te lo pierdes.

lunes, 24 de junio de 2024

Unas gotas de lluvia

 Unas gotas de lluvia

         El cielo está gris.  En las nubes apenas se distingue la separación entre una y otra. Solo el claro oscuro que produce la densidad celeste marca la diferencia de grises en el techo atmosférico. Los árboles verdes se cimbrean al compás de un aire fresco en este mes de junio. Sus hojas están límpidas y húmedas. El brillo cristalino de las gotas de lluvia ensalzan la belleza del valle. Los caminos y la carretera permanecen quietos y sinuosos. Solitarios entre tanta paz derramada en las cercanías del majestuoso Moncayo. Un gorrión vuela con avidez hacia el tejado de enfrente. Parece como si quisiera llegar a su nido antes de que la lluvia arrecie y sus alas se vuelvan demasiado pesadas para alzar el vuelo con dignidad. Ha comenzado a llover otra vez. El cemento de las calles toma de nuevo el lustro y se dibujan en el suelo multitud de circunferencias que vibran con el golpeteo de cada gota de agua.

         Tras mi ventana moteada por minúsculas perlas cristalinas, se abre el silencio rural del pueblo. Todo es quietud y paz. Mis ojos se dejan llevar con delicadeza sobre la imagen en lontananza. Una sensación de felicidad efímera rellena el alma sin permiso. Quizás es un momento de deleite no descrito ni enumerado en el diccionario de la vida. Tal vez, entre estas rendijas se encuentre el placer de las pequeñas cosas que normalmente pasan desapercibidas en el ruido del mundo. Solo hay que detenerse un instante y contemplar. Dejarse llevar por la respiración y mirar más allá de nuestros intereses inmediatos. Soltar la utilidad y abrazar el devenir que no esperamos. Abrir la puerta a los sentidos, atrofiados por la inmediatez de los deseos, para que entre la primavera o el resto de las estaciones. La luz y las claridades que se dibujan en la pizarra de las sombras. Los silencios de la mano de tantas esperanzas humanas que simplemente ansían una brizna de felicidad para seguir viviendo. Unas gotas de lluvia empapan la tarde y el encanto y la magia de las leyendas becquerianas han dejado una pincelada verde envuelta en papel de regalo.


domingo, 7 de mayo de 2023

UN SEGUNDO

 

         Cada día tiene su propio afán. A cada hora le sobran cincuenta y nueve minutos y a cada minuto le basta un segundo para decidir si dejas de respirar. No es broma. El límite entre la vida y la muerte es muy pequeño. Por tanto disponemos de un segundo para enfocar nuestro objetivo final y todo un presente para llevarlo a cabo.

         Es verdad que la historia de nuestro pasado, más o menos largo, ha dejado una huella en nosotros que suena a eternidad. Cada año que se añade a nuestra fecha de nacimiento nos relaja y nos emboba. Abrimos la carta de nuestro futuro y nos dedicamos a esbozar planes. Cada uno de ellos nos los tomamos muy en serio. Por momentos nos creemos dioses y señores de todo. ¡Allá nosotros mismos!

         Basta tropezarnos con el conocimiento de que un conocido, un vecino, un familiar o cualquier persona cercana hayan adquirido una enfermedad incurable o nos hayan dejado para siempre y es en esos momentos cuando reflexionamos un poco más a fondo. En el mejor de los casos, y como no nos ha tocado directamente a nosotros, concluimos que la vida es así y a otra cosa mariposa. En el peor de los casos, cuando uno es el protagonista de la desgracia, la cosa cambia radicalmente. Pensamos que la vida no tiene que ser así. El mundo se detiene o debería hacerlo para prestarnos la máxima atención.

         A partir de la consciencia de ese crucial segundo, todo cambia radicalmente. Nos enfrentamos al objetivo fundamental de nuestra existencia. Nadie nos va definir nada. Somos nosotros mismos los únicos capaces de encontrar la respuesta a una infinita sucesión de preguntas. Muchas de ellas ya las conocíamos teóricamente y en su momento decidimos posponerlas. Otras son totalmente nuevas y quizás jamás encontremos una aproximación tranquilizadora.

         Jamás se me ocurriría insinuar qué se debe hacer. Solo sé que esta situación es inevitable y que cada uno la afronta como mejor puede. Y he aprendido que la serenidad como actitud personal favorece la paz y el encuentro con uno mismo.

 

miércoles, 3 de agosto de 2022

UN AÑO MÁS O MENOS

 


Cumples años y hay personas que te felicitan. Esta costumbre de cumplir años se produce ininterrumpidamente hasta no se sabe cuándo. ¿No es motivo de alegría saber que algunas personas están contentas porque sigas en este mundo? ¿No es una suerte sentir el cariño de quienes te acompañan a lo largo de tu existencia? ¿No es un regalo en sí mismo el hecho de agradecer que seguimos vivitos y coleando? Cada cumpleaños es un años más o un año menos. Es más si lo acumulamos en el haber de nuestra vida. Entendiendo por haber la suma de todos nuestros descubrimientos, deseos, expectativas, ilusiones y esperanzas. Pero puede ser un año menos cuando se considera que la vida es un saco al que tenemos derecho y del que nos van extrayendo lo que existe dentro hasta que se queda vacío. Para mí es un año más.

El mejor regalo físico con el que pueden sorprenderme el día de mi cumple es un libro. No me gustan camisetas, relojes, bonos de fin de semana, pijamas, corbatas o jarrones. Prefiero un libro. Si en cada cumpleaños, todo el mundo recibiera un libro y lo leyera, habría posibilitado la entrada en su vida de infinidad de regalos inmateriales y sublimes. El libro se puede guardar, leer y releer. Te conecta con el más allá y con el pasado. Atrae a la belleza y la ilusión. Desarrolla la fantasía. Despierta la inteligencia. Ensancha el corazón. Te lleva a las puertas de nuevos descubrimientos, cuestiona tus principios, relativiza tus verdades, agranda las dudas y te insinúa nuevos caminos. Un libro es capaz de empujarte fuera de la procesión social establecida y te sitúa en el desierto donde tú te encuentras a ti mismo, decides por ti mismo, eres tú mismo.

Lo que más valor tiene en esta vida nunca ha sido ganado por méritos propios. Generalmente es un regalo. Has nacido, porque sí. Como regalo. Sigues vivo, porque sí, como regalo. Alguien te quiere, porque sí, como regalo. Has tenido la ocasión de estudiar, de trabajar, de viajar, de…, porque sí, como regalo. Por ello no puedo sino estar agradecido. Como suele decirse ahora, agradecido no, lo siguiente. Gracias. Muchas gracias. Muchísimas gracias.



martes, 5 de abril de 2022

DEL ANAQUEL A LAS MANOS

 



Del anaquel a las manos

 

Mi mujer y yo nos hemos embarcado en el saludable placer de regalar libros. LEER ES UN REGALO. COMPARTE. Pretende ser un proyecto sencillo que sensibilice sobre la importancia de leer. Los libros pueden permanecer en los anaqueles de las librerías pero donde están mejor es en manos del lector. Al mismo tiempo que visitamos los pueblos y comarcas de Aragón disfrutando del paisaje, de la cultura y de sus gentes vamos repartiendo libros en los que dejamos una nota indicando que la lectura es un regalo y que se animen a compartir la experiencia.

Añado las localidades que indico a continuación y con ellas ya hemos visitado más de 70 localidades. (Villarrapa, Alagón Venta del Olivar, Monasterio San Benito, Figueruelas, Albeta, Alberite de San Juan, Fuendejalón, Pedrola, El Burgo de Ebro, Fuentes de Ebro, Pina de Ebro, Quinto de Ebro, La Zaida, Almochuel, Veceite, Belchite, Codo, Mediana).

Además de la sorpresa que se llevan las personas que nos ven dejar algún libro y el interés que manifiestan, ahora me están llegando algunos correos electrónicos agradeciendo la experiencia y manifestando su deseo expreso de repetir la experiencia o, al menos, volver a dejar el mismo libro para que pueda ser leído por otra persona. Se agradece mucho que te digan que el proyecto tiene sentido y merece la pena. Son gestos que ayudan a continuar y seguir regalando libros.


miércoles, 9 de marzo de 2022

REGALA LIBROS

 



   

 REGALA LIBROS

 

  Continúa mi recorrido por pueblos y parajes aragoneses donde voy dejando alguno de mis libros en plazas, bancos públicos, ventanas, monumentos, castillos, parques y lugares donde el ambiente invita a detenerse, contemplar y disfrutar.  

 

    Sensibilizar sobre la importancia de leer y poner mi granito de arena en ello. Este sencillo proyecto que he llamado: LEER ES UN REGALO. COMPARTE no es solo una apuesta por el intercambio de libros, sino una apuesta por el regalo y la invitación a la lectura en cualquier rincón de nuestra tierra.

 

    A los más de 15 pueblos ya visitados el mes de febrero añado Borja, Tarazona, Magallón, Añón, Santa Cruz de Moncayo, San Martín, Bulbuente, Santuario de El Buste, Agramonte, Fuente del Sacristán, Ermita de San Juan en Tarazona. Barrios Santa Isabel, Miralbueno, Garrapinillos, Torremedina, Plaza el Portillo y Plaza de los Sitios en Zaragoza. En cada uno he ido dejando al menos un libro, como si de una semilla se tratara. Estoy convencido de que las semillas, si la tierra es generosa, algún día darán su fruto.

 

                        rfarolop@gmail.com

miércoles, 23 de febrero de 2022

LEER Y REGALAR

 



       LEER Y REGALAR. 

    Tras dos semanas deambulando por Zaragoza y pueblos aragoneses, he ido dejando en plazas, bancos públicos, ventanas, monumentos, castillos, parques y lugares donde el ambiente invita a detenerse, contemplar y disfrutar, alguno de mis libros.  

    LEER ES UN REGALO. COMPARTE. Pretende ser un proyecto sencillo que sensibilice sobre la importancia de leer. He comenzado por las zonas rurales y también en la ciudad de Zaragoza. Trasmoz, Calamocha, Anento, Fiscal, Jánovas, Monasterio de Veruela, Borja, Magallón, Siétamo, Ainsa, Litago, Bulbuente, Parque Natural del Moncayo...

    Además de colaborar con el intercambio de libros donde dejas uno y te llevas otro, se trata de regalar tus libros preferidos para que otras personas puedan disfrutar de ellos como tú. 

                        rfarolop@gmail.com

         
    


viernes, 11 de febrero de 2022

LEER ES UN REGALO. COMPARTE.

 

LEER ES UN REGALO.

COMPARTE.

 

         Los libros son semillas de vida. Cada libro que se lee es un regalo para la cabeza, el corazón y la humanidad. Cuanto más se lee, más se recibe y más se regala. La lectura es una fuente inagotable de historias, de belleza, de sentimientos, de deseos, de esperanzas, de descubrimientos, de encuentros. Y, sobre todo, es uno de los mejores caminos para encontrar la paz que tanto necesita esta humanidad.

         LEER ES UN REGALO. COMPARTE. Pretende ser un proyecto sencillo que sensibilice sobre la importancia de leer. Comienzo por las zonas rurales, dejando en los parques, iglesias, castillos, plazas del pueblo, un libro como regalo. Para leer y disfrutar. Sin más. (La bolsa que lo protege se puede utilizar para recoger cualquier residuo que se encuentre y dejar el espacio mucho más limpio).

         Invito a compartir la experiencia. No se trata de abandonar los libros que no queremos en las estanterías de nuestras casas, sino regalar nuestro libro preferido. Comprarlo si es necesario. Vivir y sentir la lectura como un gesto de generosidad compartida con todo el mundo.

         Muchísimas gracias por LEER y COMPARTIR.  

                                     Rafael Roldán López

                                      www.vivirysentir.es

                                      rfarolop@gmail.com

         





miércoles, 6 de octubre de 2021

Vivir y sentir la mentira

 

Vivir y sentir la mentira

 

         En la actualidad existen dos programas televisivos dirigidos por el mismo comunicador mediático. “Todo es mentira” y “Todo es verdad”. Al primero le dan un toque humorístico y al segundo de investigación. Y, sin ánimo de criticar dichos programas, son ejemplo y modelos de la forma en que los medios de comunicación manipulan a la ciudadanía. Todo el mundo conoce perfectamente que dichos medios comunicativos están dopados con dinero que les regalan los políticos de turno que ostentan el poder. Ese dinero es el que la ciudadanía aporta con sus impuestos para mejorar su calidad de vida. Sin embargo, los políticos lo utilizan con fines publicitarios para mejorar la intención de voto del partido a que pertenecen y ganar las siguientes elecciones para seguir mangoneando a su gusto.

         No es difícil colegir que si a un medio de comunicación le sueltan una pasta gansa este medio no va a publicar noticias que perjudiquen al político y al partido que le ha beneficiado económicamente. La libertad de prensa y de comunicación está en cuestión. El periodista no va a publicar nada que le pueda cuestionar su puesto de trabajo. La autocensura en las noticias se ejerce sin necesidad de prohibir absolutamente nada. La pena es que la ciudadanía se ha acostumbrado a vivir y sentir la mentira pública como algo natural.

         Demasiados políticos y periodistas han entrado en la dinámica de utilizar la falacia y la paradoja como sus armas preferidas para mantener el puesto. Si ejercen la libertad a pleno pulmón acaban orillados y marginados. Si hacen la pelota y practican la baja tarea de lamer el culo al de arriba, mejoran su economía y su estatus. Y cada uno se decide por lo que quiere en función de sus valores personales.

La falacia es la artimaña o mentira con la que se pretende engañar a una persona para persuadir o manipularla sin que ésta se entere de ello. Y la paradoja es una expresión con ideas contrapuestas que envuelve una contradicción o incoherencia. Falacia y paradoja son dos palabras extraordinariamente representativas utilizadas por los políticos para buscar el lanzamiento hasta el poder. Una vez instalados en el sillón, le corresponde al elector comprobar cuánto hay de mentira o verdad en las afirmaciones que utilizaron sus elegidos en las campañas de captación de adeptos.

      Los ciudadanos ya estamos muy cansados de tantas mentiras, expresadas en forma de falacias y paradojas. Necesitamos comprobar con nitidez las verdades como puños. Los representantes políticos de los partidos nos han acostumbrado a soportarles circunloquios ante cualquier pregunta directa que simplemente tiene dos respuestas: sí o no. Intentan demostrar que un triángulo es cuadrado e incluso redondo y se quedan tan “anchos”. 

     Con estas artimañas han conseguido que las personas de a pie interpreten que el significado más genuino de la política es el arte de mentir. De salir impecable de las situaciones difíciles de resolver, del embrollo. Hay que quedar “bien” a toda costa. “Lo que digo, lo digo ahora, mientras me desdigo de lo que dije, no se vaya a pensar en que dije lo que no dije.” Lo de menos es solucionar los problemas. La mayoría de los políticos se llaman Sisi Nono. Sisi a lo que les pidas y Nono a lo que les exijas. Y todos los partidos, sean del color que sean, son la “única alternativa”. Todas sus verdades son las buenas y salvadoras, frente a las del resto de partidos que todos sus planteamientos son malos y abocados al desastre. 

¿Has pensado cuánto cuesta la mentira cuando está encubierta en la falacia o envuelta en paradojas? 

 

 


miércoles, 5 de mayo de 2021

Remanso de paz


 

         ¡Qué bueno encontrar un remanso de paz! ¿No has buscado, en muchas ocasiones, un espacio de tu vida en el que sientas la felicidad? ¿No has necesitado dejar la cotidianidad y soñar en un instante sereno donde tú seas tú? ¿Nos has comprobado cómo lo esencial se escurre como el agua entre las manos?

         Y todo se consume en un abrir y cerrar de ojos. Los latidos del corazón solamente se escuchan en la amenaza inminente y, sin embargo, pasan desapercibidos cuando fluyen al compás del diapasón que marca el ritmo de la existencia.

         Se corre de un lugar para otro sin importar el origen ni el destino. La velocidad pasa al primer puesto de la axiología. De esa manera dilapidamos los momentos presentes, nos perdemos el disfrute de la belleza del lugar dónde nos encontramos. Aceleramos y el ruido motorizado de la actividad ensordece la melodía de vivir con intensidad. Se pierde la consciencia del ambiente que nos rodea. Los pájaros siguen cantando y solo se percibe el chirriar de las ruedas metálicas del tren sobre la vía.

         Caminamos hacia ninguna parte donde nadie nos espera. La nada no es atractiva. Pero, por aquello de que no se va a perder el tiempo en cosas que, aparentemente son tonterías,  preferimos no detenernos en el camino. Todas las señales nos indican stop. Pero nos las saltamos con la ilusa pretensión de que llegaremos antes. ¿A dónde?

         ¡Para un momento!

Siéntate.

Calla.

Déjate llevar.

Tranquiliza tu ser.

Abre los sentidos.

Respira.

Solamente respira.

Una y otra vez.


miércoles, 3 de marzo de 2021

Distancia social

 

Distancia social

         La pandemia nos está dejando a todos como si hubiera pasado la riada. Nos hablan de números y números. Prohibiciones, cierres de comercios, toques de queda o levantamiento de confinamientos perimetrales. Anuncios sobre anuncios de que llega la vacuna, de que ya están vacunando, de que van por la franja de 80 a 90 años. Datos desastrosos de la economía. Aumento galopante del número de personas que van directamente al paro o, en el mejor de los casos, se acogen a un ERE cuya perspectiva no es que sea demasiado halagüeña. Soñamos en la orilla del mar cuando dicen que estamos esperando una nueva ola y resulta que ese tipo de olas son malísimas de la muerte. Está llegando el momento que no merece la pena lavarse la cara o pintarse los labios. Total, la mascarilla lo tapa todo. La mitad de las expresiones y gestos no verbales, se pierden. Ya no silbamos como antes, ni cantamos canciones  como si no hubiera un mañana. Los besos son ridículos porque se topan con la tela que silencia nuestro cariño.



         Cada día, damos por sentado que lo mejor es distanciarse de los demás. Cuanto más lejos, mejor. Cuanto más aislados menos transmitimos el virus. Se está asumiendo, en aras de la salud como la prioridad por excelencia, que es horroroso el contacto social y las relaciones humanas. Vemos como normal criminalizar a quienes osan abrazar a sus seres queridos sin protección. Hay que usar el preservativo. “Póntelo, pónselo” que rezaba en otros tiempos aquella campaña contra el sida.

         Sólo pido un poquito de “porfavor”. No nos volvamos locos. Las personas somos seres sociales y, como tales, nuestra idiosincrasia nos lleva a acercarnos, a interactuar, a relacionarnos unos con otros. Una cosa es ser conscientes del problema y otra, muy distinta, asumir que el bicho tiene el poder absoluto sobre nuestras vidas. Porque me pregunto, ¿de qué sirve tener una salud de hierro si no puedes disfrutar del amor? Habrá que aprender a vivir con este virus, pero sin abandonar lo esencial de la humanidad. ¡Digo yo!

lunes, 18 de enero de 2021

El poder de la “borregresía”

 

El poder de la “borregresía”

         Hoy está prohibido pensar. La capacidad que tiene el ser humano de formar ideas en su mente y relacionarlas entre sí. La facultad de realizar abstracciones de la realidad o elaborar procesos racionales del intelecto. O, simplemente, la expresión a través de la palabra de los sentimientos o sensaciones que se producen en el ser humano a cada instante de su vida, no se pueden expresar con libertad.

         Nos tienen engatusados con palabras huecas a las que se debe pleitesía, cuando no sumisión absoluta. Los poderes fácticos financian a los medios de comunicación para que se encarguen de transmitir a la población lo que son valores y contravalores. Las ideas que son aceptables y las que deben ser rechazadas de forma radical. Las televisiones utilizan los servicios informativos, las tertulias e incluso la programación de las series, películas o concursos para que puedan ser útiles a la consecución de los objetivos manipuladores de la sociedad. Y estos objetivos, principalmente se ciñen al lema: “Nosotros nos encargamos de todo y tú no tienes que pensar”.

         Para ello todo el mundo tiene que estar controlado, en base de datos, conectado al móvil y geo-localizado. Debe utilizar sólo la tarjeta electrónica y cobrar el sueldo a través de transacción bancaria. Debe tener centralizado su historial sanitario, la medicación que recibe, las operaciones que le han realizado y el calendario de vacunas. Hacienda es sabedora de todos los movimientos económicos que realiza el ciudadano para sustraerle parte de su dinero. La excusa es perfecta. Lo “público” se antepone a lo privado.

         Los movimientos autodenominados sociales están aprovechando estas circunstancias para llevar el ascua a su sardina. Lo público, el estado, el poder único y el pensamiento también único y universal. Hay que conseguir transformar a la sociedad en una “borregresía” o conjunto de borregos que siguen a un pastor. Toda oveja que se desmande será apartada del rebaño, aniquilada o cuando menos, despellejada para escarnio y ejemplo a sus congéneres.

         En esta tarea de aborregamiento contribuyen las redes sociales especialmente. Twitter, Facebook, Instagram, Youtube, etc… En estos momentos ya deciden qué declaraciones de presidentes de gobierno pueden ser difundidas y cuáles no. Las redes se están erigiendo, en la referencia absoluta de lo que es un valor o un contravalor. En lo que es plausible o rechazable. En lo que es bueno o perverso. Ético o inmoral. Están consiguiendo expedir el carnet al ciudadano con el título de apto o no apto para pertenecer a esta “borregresía”. Si no consideran al ciudadano apto, lo censuran, le quitan seguidores, o cierran su cuenta. Si es apto, lo promocionan como influencer, puesto que contribuye a la consolidación de la borregresía.

         Antes había una distinción clara entre “progres y retros”.  El progre se suponía que buscaba la innovación, el pensamiento divergente, la creatividad, etc. Mientras que el retro le gustaba más lo tradicional, amaba las costumbres y repetía lo que había aprendido en generaciones anteriores. Ahora solo se puede ser “borregre”. Hace lo que dice la mayoría. A mayor cantidad mayor razón. No se cuestiona absolutamente nada. Lo público es bueno, lo privado es malo. Repite  el eslogan de moda. Se hace fotos a sí mismo, una y otra vez en busca de “likes” y cree en las empresas que se encargan de decir cuáles son las falsas noticias.

         La filosofía o el amor a la sabiduría es cosa de antaño. ¿Para qué pensar si no se puede hacer nada? Y si se piensa que sea en voz bajita, no vaya a ser que se discrepe de la “borregresía” y anatema seas, condenado a las mazmorras del ostracismo.

 

domingo, 3 de enero de 2021

VIVIR Y SENTIR EL AÑO NUEVO

Vivir y sentir el año nuevo

          Muchas personas queremos olvidar el año pasado. Fue una pesadilla con la aparición del coronavirus. Las expectativas que se habían puesto en su inicio se echaron por tierra a los poco meses. Llegó marzo y con él, el confinamiento en los hogares. Hacía mucho tiempo que la libertad no se sentía tan amenazada. La mayor parte de los planes personales se postergaron para el momento en el que llegara la normalidad. Y esa normalidad, no llega nunca. Hablan de la nueva normalidad como si la vida fuera estática y los cambios no se produjeran. La vida nunca es normal. La vida está en un cambio permanente. Por tanto, no podremos encontrarnos como antes de la aparición del virus. Se ha iniciado un año nuevo. Propongo vivir y sentir el año nuevo de una forma distinta, como se merece la condición humana.


         Vivir y sentir el año nuevo. Vivir y sentir una vida nueva. Este deseo recurrente todos los años no es fácil conseguirlo. Está supeditado, fundamentalmente a la salud. Y ésta no depende en su totalidad de nosotros. Es un gran regalo al que podemos contribuir cuidando nuestros hábitos de vida. Pero al fin y al cabo sigue siendo un regalo. Así que con el permiso de tu salud y si realmente quieres vivir y sentir el año recién estrenado como el año de tu vida, te propongo varios retos:

 

1.- Piensa a conciencia no más de dos o tres deseos que te gustaría ver cumplidos. Sin prisas, dándote el tiempo que creas necesario para concretarlos. Con ambición y realismo. Mezcla el atrevimiento y la humildad.  

 

2.- Cuéntaselo especialmente a tus seres queridos. Explícales con el mayor detalle que propósitos o deseos quieres alcanzar. Y, si lo crees conveniente, pídeles la ayuda que necesites en el momento que consideres.

 

3.- Anota los pequeños logros que vas consiguiendo y destaca los pasos que todavía te faltan. Cuando te des cuenta de los errores que vas cometiendo, alégrate porque es la señal de que estás en la dirección correcta. Reconoce los fallos y mejora tus actuaciones. Pero sobre todo permanece en los objetivos marcados.

 

4.- Agradece sin medida a quienes te hayan ayudado durante el proceso. Nunca te canses de dar las gracias por lo pequeños detalles. Es necesario recordar que nuestra vida depende mucho de las personas que nos rodean y siempre recibimos mucho más de lo que damos.


 

Solo al final del proceso, cuando hayas evaluado los resultados, sabrás con certeza si el cambio se ha producido. Pero con toda seguridad te habrás acercado a la meta o expectativas que habías deseado más de lo que te imaginas. Durante el camino habrás vivido y sentido el año como realmente nuevo. Si te quieres, ¡atrévete!

                                                                     RaRoLo