Te suben la tarifa de electricidad, ¡pues te jorobas. Te acribillan a impuestos de todo tipo, ¡pues te jorobas! Te engañan descaradamente en los medios de comunicación, ¡pues te jorobas! Eliges en las elecciones a un partido y éste, cuando está en el gobierno, hace todo lo contrario, ¡pues te jorobas! Ocupan tu casa, ¡pues te jorobas! Te impiden salir de tu domicilio cuando les interesa, con la excusa garantizar la salud pública, ¡pues te jorobas! Y así con una lista interminable de cosas.
¿Qué se puede
hacer frente a tanta sinvergüencería? Si eres prudente, esperar a las
siguientes elecciones para votar. Intentar cambiar a los que gobiernan para
sustituirlos por otros. Todos sabemos que ahí se ven las diferencias: NINGUNA.
Si eres de izquierdas, tienes la ventaja de que te puedes pasar todo el día en
la calle de manifestación, eso desahoga mucho la mala leche interna. Si tu
opción es de derechas, ni se te ocurra salir a la calle, ¡so facha!
Ahora estamos
bajo un régimen socio-comunista. Los problemas son los mismos que cuando
gobierna la derecha. La diferencia está en que a los votantes de izquierdas les
desaparece la crítica cuando gobiernan los suyos. La razón objetiva y monolítica
es “con tal de que no gobierne la derecha”. Son cada vez más pobres, tienen
menos trabajo, pagan más impuestos, el gasoil se lo pagan los ricos y por lo
menos sus dirigentes roban con su consentimiento, además de vivir como
asquerosos capitalistas. El dinero público no es de nadie. Si acaso la deuda
que se vaya generando ya la pagarán los biznietos o, mejor aún, no se paga y
que la perdonen, o condonen, o se olviden. Gasta hoy todo lo que puedas que
mañana, ya si eso, iremos viendo.
Así que visto
lo visto, ante tanta indefensión ciudadana, estoy deseando que lleguen las
siguientes elecciones generales para votar, perdón quería decir “vomitar”.