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miércoles, 6 de octubre de 2021

Vivir y sentir la mentira

 

Vivir y sentir la mentira

 

         En la actualidad existen dos programas televisivos dirigidos por el mismo comunicador mediático. “Todo es mentira” y “Todo es verdad”. Al primero le dan un toque humorístico y al segundo de investigación. Y, sin ánimo de criticar dichos programas, son ejemplo y modelos de la forma en que los medios de comunicación manipulan a la ciudadanía. Todo el mundo conoce perfectamente que dichos medios comunicativos están dopados con dinero que les regalan los políticos de turno que ostentan el poder. Ese dinero es el que la ciudadanía aporta con sus impuestos para mejorar su calidad de vida. Sin embargo, los políticos lo utilizan con fines publicitarios para mejorar la intención de voto del partido a que pertenecen y ganar las siguientes elecciones para seguir mangoneando a su gusto.

         No es difícil colegir que si a un medio de comunicación le sueltan una pasta gansa este medio no va a publicar noticias que perjudiquen al político y al partido que le ha beneficiado económicamente. La libertad de prensa y de comunicación está en cuestión. El periodista no va a publicar nada que le pueda cuestionar su puesto de trabajo. La autocensura en las noticias se ejerce sin necesidad de prohibir absolutamente nada. La pena es que la ciudadanía se ha acostumbrado a vivir y sentir la mentira pública como algo natural.

         Demasiados políticos y periodistas han entrado en la dinámica de utilizar la falacia y la paradoja como sus armas preferidas para mantener el puesto. Si ejercen la libertad a pleno pulmón acaban orillados y marginados. Si hacen la pelota y practican la baja tarea de lamer el culo al de arriba, mejoran su economía y su estatus. Y cada uno se decide por lo que quiere en función de sus valores personales.

La falacia es la artimaña o mentira con la que se pretende engañar a una persona para persuadir o manipularla sin que ésta se entere de ello. Y la paradoja es una expresión con ideas contrapuestas que envuelve una contradicción o incoherencia. Falacia y paradoja son dos palabras extraordinariamente representativas utilizadas por los políticos para buscar el lanzamiento hasta el poder. Una vez instalados en el sillón, le corresponde al elector comprobar cuánto hay de mentira o verdad en las afirmaciones que utilizaron sus elegidos en las campañas de captación de adeptos.

      Los ciudadanos ya estamos muy cansados de tantas mentiras, expresadas en forma de falacias y paradojas. Necesitamos comprobar con nitidez las verdades como puños. Los representantes políticos de los partidos nos han acostumbrado a soportarles circunloquios ante cualquier pregunta directa que simplemente tiene dos respuestas: sí o no. Intentan demostrar que un triángulo es cuadrado e incluso redondo y se quedan tan “anchos”. 

     Con estas artimañas han conseguido que las personas de a pie interpreten que el significado más genuino de la política es el arte de mentir. De salir impecable de las situaciones difíciles de resolver, del embrollo. Hay que quedar “bien” a toda costa. “Lo que digo, lo digo ahora, mientras me desdigo de lo que dije, no se vaya a pensar en que dije lo que no dije.” Lo de menos es solucionar los problemas. La mayoría de los políticos se llaman Sisi Nono. Sisi a lo que les pidas y Nono a lo que les exijas. Y todos los partidos, sean del color que sean, son la “única alternativa”. Todas sus verdades son las buenas y salvadoras, frente a las del resto de partidos que todos sus planteamientos son malos y abocados al desastre. 

¿Has pensado cuánto cuesta la mentira cuando está encubierta en la falacia o envuelta en paradojas? 

 

 


sábado, 13 de febrero de 2021

Sumisión o libertad

 

         ¿Te crees muy libre? ¿Estás dispuesto a comprobar tu grado de libertad? ¿Quieres hacer una prueba para comprobar el respeto a tus ideas? ¿Piensas que no estas sometido a nadie?

         Nos están metiendo por los ojos la importancia de la libertad de expresión. Y lo creemos a pies juntillas. En las redes sociales todo el mundo puede manifestar su opinión y subir las imágenes o videos que desee. Nadie se lo impide. Pero…

En determinados temas existe la autocensura. No es necesario que te prohíban expresar lo que piensas o sientes. Los medios de comunicación ya se han encargado a base de repetir el mismo mensaje miles de veces y atacar a quienes no han seguido sus directrices con toda la vehemencia posible. Predomina el pensamiento único y unívoco. No se admiten matizaciones en según qué temas. A modo de ejemplo, un botón de muestra:

Tema: Violencia de género.

Valor difundido: La violencia del hombre a la mujer es malo, malísimo. Es evidente.

Valor universal: La violencia es mala, malísima.

Diferencia: género.

         De aquí se pueden deducir muchas conclusiones. Por ejemplo que la violencia es mala si proviene del hombre y no de la mujer. Que dependiendo del apellido de la violencia ésta puede ser hasta interesante. Si es la mujer quien ejerce violencia hacia el hombre no es violencia de género, es violencia doméstica o intrafamiliar. O se le bautiza con cualquier eufemismo que deje duda y ambigüedad. La violencia es violencia, provenga de quien provenga. Creo yo.

Y como este ejemplo, se pueden poner muchos más en diferentes temas.

         La reacción de la opinión pública ante este tipo de afirmaciones que acabo de realizar me las puedo imaginar. Como mínimo se me calificará de facha, machista y calificativos repetidos en la jerga del argumentario del progre. Y para demostrar la contundencia de sus razones, tal vez me insulten, demostrando la coherencia de su pacifismo y la defensa de la no violencia. Yo creo en el respeto personal y en la libertad. Prefiero argumentar con libertad que dejarme llevar por la cómoda opinión mayoritaria y quienes me conocen saben los valores que defiendo.

         Si releen las cuestiones con las he comenzado el escrito, tal vez se comprendan mejor las afirmaciones que planteo. Pero si realmente tienen el valor de opinar sobre algo que no sea dominante en la opinión pública, les aconsejo carguen las baterías de mucha paz y serenidad. Las van a necesitar. ¿Todavía se creen muy libres?