sábado, 9 de febrero de 2019

Racanería política


          
    ¿Qué le pasa a la clase política española en la actualidad? ¿No se supone que nuestros representantes políticos, se deben ocupar de buscar las mejores soluciones a los problemas de la ciudadanía?

     No hace falta ser ningún experto en economía, en ciencias empresariales, políticas, laborales o sociales, para saber cuándo se necesitan recursos económicos, si no se llega a fin de mes y no se puede pagar una hipoteca o el alquiler mensual.  En muchas familias, se conoce a algún miembro de ella que está en desempleo. Las principales preocupaciones son la sanidad, la educación, el empleo y las pensiones

       Pues yo no veo a los líderes de los partidos buscar el, tan manido mantra, diálogo, para llegar a acuerdos mayoritarios en estas cuatro cuestiones tan relevantes para la ciudadanía de todas las comunidades autónomas.

        Nuestros representantes y representantas (por recordar alguna de las majaderías con las que nos quieren entretener), sin recurrir al “diálogo”, se ponen de acuerdo entre ellos para pagar menos a hacienda, subirse el sueldo mensual, asegurarse pensiones vitalicias y, “colocar” a sus allegados, en el chollo de tetar de las arcas públicas.

         Estamos en manos de la racanería política. Estamos a merced de “trepas” que buscan, permanentemente, medallas, puestos, sillones y, por supuesto, su beneficio personal. La mezquindad de sus ruines acciones, que se resumen en: mirar más por sus propios beneficios que por los intereses de los demás.  El mezquino perjudica a las personas, sin hacerse responsable de sus actos.

         Alguien, tal vez, podría presentarme a algún dirigente político actual que no fuera un rácano o mezquino. Siempre hay excepciones, pero para ser líder político, no basta con buena voluntad. Se necesita ser inteligente para “dialogar” y tener agallas suficientes de proponer soluciones realistas. Y si no lo consigue, recoger los trastos y marcharse a su casa con la humildad de quien sabe reconocer las propias limitaciones.