lunes, 10 de enero de 2022

Solo queda hoy

 



         Han terminado las vacaciones de Navidad. Los niños y adolescentes vuelven al colegio. Ya se ha recogido los adornos, se han reciclado las botellas de cristal del cava o del vino. Las cajas de cartón de los regalos a su contenedor. La casa vuelve a la normalidad del año. Compras, tareas, actividades. Bus, carretera, tiendas. Lavadoras, ropas, deberes, gimnasio, duchas, descanso…

         Vivir la monotonía de las horas y de los días. Esperar el fin de semana como un respiro en medio de tantas obligaciones. Desear los días de nuevas vacaciones, la semana santa, el verano… Otra vez la navidad…

         Y se consume la vida en mil esperas. En cientos de deseos. Y las primaveras se olvidan, las vacaciones se consumen, los años se escurren entre los dedos. Todo se queda atrás, en cada paso irrecuperable, en los recuerdos, en los archivos de la memoria. Las fotos grabadas en algún disco informático, junto a videos que esperan volver a reproducirse. Lo vivido ya está ahí, aprisionado en algún soporte que evidencie que algún día fue. Lo vivido ya marchó a otras dependencias de la existencia. Solo queda hoy, tal vez ahora mismo. Mañana dios dirá, si es que dice algo.





jueves, 6 de enero de 2022

DÍA DE REYES

 

         Últimos días de Navidad. Solo queda la fiesta de reyes. La noche mágica por excelencia para cualquier niño. Vienen los Reyes Magos de oriente. Llegan en camellos cargados de regalos. Todos los niños lo saben. Para ello se acuestan pronto. Sin ganas de dormir. La ilusión se desborda a borbotones. Al despertar encontrarán sus regalos. Romperán envoltorios con avidez y quedarán ojipláticos al comprobar que los reyes les han traído lo que ellos esperaban y muchas cosas más. El mundo se detiene y solo hay hueco para la felicidad.

 

         Todos los días nos visitan los reyes magos. Todos los días hay hueco para la felicidad. Todos los días respiras. Todos los días escuchas la voz de las personas que quieres o te quieren y, también de las que te son indiferentes, pero están ahí, se cruzan en tu camino. No sé si te has dado cuenta, pero tienes vida. Es el mejor regalo que te traen, todos los días, los reyes magos. Es tu regalo preferido. Solo necesitas quedarte ojiplático ante semejante obsequio.

 

Disfruta sin medida, sonríe que no cuesta nada y agradece sin medida tanta suerte. Vivir con esta actitud parece fácil, pero no lo es, porque:

Tal vez nos hayamos creído que la vida depende de nosotros mismos.

Quizás no hemos mirado si tenemos fecha de caducidad.

Posiblemente no contemplamos la luna a menudo. O nos centramos en nuestro ombligo como centro del universo. Acaso a nuestros ojos les hayamos puesto excesivos cristales y filtros. ¡Quién sabe!

 

         Desenvuelve ese caramelo que te ofreció Baltasar y saborea la dulzura de vivir, la ilusión de respirar y sentir que sigues existiendo. ¡Feliz día de Reyes!