Vivir y sentir
Etiquetas
Vidaconsentido
(68)
Poesía
(55)
Mis libros
(49)
Educación
(48)
Vergüenzas
(44)
Autoestima
(23)
vivirysentir
(15)
Felicidad
(7)
libertad
(6)
poder
(6)
sentir
(6)
leer
(5)
borregos
(4)
medios comunicación
(4)
paz
(4)
Contacto
(3)
partidos
(3)
responsabilidad
(3)
derechos
(2)
necedad
(2)
redes
(2)
sumisión
(2)
vivir
(2)
Falta de confianza
(1)
Microrelato
(1)
deberes
(1)
distancia social
(1)
medios de comunicación
(1)
palabra
(1)
sociedad de emperadores
(1)
violencia
(1)
virus
(1)
miércoles, 27 de mayo de 2015
lunes, 25 de mayo de 2015
5 CLAVES DEL BUEN GESTOR EDUCATIVO
1.-BASA SUS PRINCIPIOS EN LA HUMILDAD
Un buen gestor educativo es una persona que
fundamenta su actuación en principios éticos basados en la humildad. La
humildad es la mejor garantía que puede ofrecer una persona a otras personas. Y
la gestión de la educación no es sino una interacción entre personas:
alumnos/as, padres y madres, profesorado, sociedad. En la actualidad se pone
demasiado énfasis en las aptitudes de competencia necesarias en todo gestor
educativo como son la gestión organizativa del centro, la búsqueda de recursos,
el desarrollo de las funciones docentes o la eficacia de los servicios. Pero no
dejan de ser competencias que, desligadas de los principios, se pueden
convertir en armas arrojadizas contra las mismas personas a las que se quiere
servir. La humildad ejercida en el liderazgo es la garante de una educación basada
en el respeto y la dignidad de educandos y educadores.
2.- CON PASIÓN POR EDUCAR
Un gestor
educativo debe tener una experiencia dilatada como educador. La pasión por
educar no se adquiere simplemente con la formación académica recibida en la
enseñanza convencional, en un máster o en cursos específicos para educadores.
La pasión por la educación es fruto del convencimiento interior que empuja a
todo buen educador a valorar las tareas de acompañamiento personal que exigen el
proceso educativo. Y la mayor dificultad que tienen los gestores educativos es
la comprensión profunda de los procesos e itinerarios en el crecimiento y
desarrollo de las personas. El gestor educativo debe ser un ejemplo de
paciencia y comprensión que sabe atisbar los “resultados” más allá de las
superficiales percepciones de fracaso.
3.-PIENSA MÁS EN LAS PERSONAS QUE EN EL DINERO
En toda gestión
de grupo es inevitable la aparición de conflictos y, por desgracia, predomina el valor del dinero como criterio
principal en la búsqueda de las soluciones adecuadas. Hay líderes que cuando
intervienen en la solución de dichos conflictos producen a su alrededor miedo.
Algunas veces sin darse cuenta y otras con la intención de dejar clara su
autoridad como consecuencia de su falta de madurez e inseguridad personal. Son
malos gestores que encasillan sus
soluciones en leguleyas prescripciones, absurdos razonamientos o infantiles
falacias. Los buenos líderes se diferencian por todo lo contrario, es decir, crean
confianza, son capaces de escuchar y buscan soluciones consensuadas con una
actitud asertiva ante los problemas.
4.- SE RODEA DE COLABORADORES MUY COMPETENTES
El líder con
vocación de servicio busca a colaboradores de la máxima competencia para dar lo
mejor a la institución que representan. Desean de manera prioritaria el bien común
por encima de sus intereses personales. Sin embargo, aquel gestor educativo que
sólo pretende subrayar ante la sociedad su propio estatus, querrá que sus
colaboradores le adulen y no contradigan sus decisiones por muy nefastas que
sean. No quiere que nadie le pueda hacer sombra y por tanto sólo conseguirá oír
lo que él mismo desea oír. El buen líder se distingue por la libertad, la competencia
y la responsabilidad que demuestran sus colaboradores.
5.-MANTIENE CERCANÍA CON LA COMUNIDAD EDUCATIVA
Cuando un
gestor educativo pasa demasiadas horas en su despacho indica que le preocupan
más los papeles que las soluciones, las cosas que las personas. La cercanía con
la comunidad educativa es esencial en las cualidades fundamentales del gestor
educativo. El líder educativo busca el encuentro con todos y todas, en las
miradas, en los gestos, en las palabras y en los hechos. Los buenos gestores
educativos son accesibles y cercanos. Transparentes y comprensivos. Amables y
delicados. Fiables y humildes. Porque saben que la educación es un tesoro demasiado
vulnerable y delicado.
miércoles, 13 de mayo de 2015
AL PASAR
AL PASAR
Al
pasar te ví cómo andabas
en
la acera de mis sueños,
con
la mirada puesta a lo lejos.
Al
pasar noté el rubor
que
abrasó mi cara tierna
y
escondí mis ojos abiertos.
Al
pasar conté los pasos
de
tu caminar firme
sin
que te dieras cuenta.
Al
pasar entre aquella gente
que
hacía fondo a tu belleza,
encendí
la vela del poeta
Al
pasar probé mil nombres
y el diapasón de tu ser
vibró al nombrar el tuyo.
Al
pasar te grité un piropo
con
la boca tapada
por
la vergüenza de mi timidez.
Al
pasar, no sé que me pasó
y si lo supiera… tal vez no diera
semejante
vuelco mi corazón.
jueves, 7 de mayo de 2015
ESTOS SON MIS PRINCIPIOS
ESTOS SON MIS
PRINCIPIOS; SI NO LES GUSTAN TENGO OTROS
Los
principios éticos y morales son pocos y sencillos de comprender. Por ejemplo,
no hacer a los demás lo que no te gustaría que te hicieran, la verdad, la honestidad,
etc. Están relacionados con la conciencia de los individuos. Algunos principios
son compartidos por la sociedad y otros son mucho más específicos puesto que
están arraigados a la cultura en la que emergieron. Aunque principio indica el
comienzo de algo, ahora pondremos el acento en el significado que lo relaciona
con la norma. Es decir, si hablamos del principio de la no violencia, no nos
centraremos en los orígenes de la no
violencia, sino en la norma que nos hace entender a todos que está mal cualquier
hecho violento en perjuicio de las personas.
Una
agresión que lastima a una persona, como puede ser un puñetazo, o un acto de
corrupción en el cual una persona se lucra a escondidas y con engaño, son
actuaciones que incumplen los principios de violencia, en el primer caso y de
verdad, en el segundo ejemplo. Lo diga Agamenón o su porquero. Los principios y
los valores están enraizados en el corazón de las personas y difícilmente se
pueden disfrazar de otra cosa como hacía el lobo feroz, cubriéndose con lana de
oveja, en el cuento de Caperucita roja.
Hay
quienes interesadamente confunden el fondo con la forma. Creen que por cambiar
el formato de las normas que no cumplen ellos mismos, convencen a quienes han
defraudado o agredido. Al que ha vivido el dolor del puñetazo o le han robado
su cartera, no le puedes engañar diciendo que fue su cara la que chocó
bruscamente con un puño cerrado que se encontraba en esa situación en el
espacio, o en el ejemplo del fraude, que la razón del beneficio económico
personal era porque convenía mejorar la renta per cápita de los ciudadanos.
Los
principios éticos se pueden recopilar por escrito de diferentes formas, no cabe
duda, pero el fondo de lo que significan y el compromiso de su valor intrínseco
no se pueden manipular con el pretexto de ocultar su incumplimiento.
Porque la forma y el fondo deben
estar perfectamente imbricados entre sí.
lunes, 4 de mayo de 2015
EN MEDIO DEL DOLOR
En medio del dolor no es fácil
sonreír. Sin embargo es el momento de más necesidad. Los instantes de dolor nos
recuerdan las horas vividas en la felicidad que conlleva la normalidad. Esa
vida cotidiana, algunas veces anodina, donde no sucede nada especial. Toca el
despertador. Vas a trabajar. Opinas de las noticias. Paseas por el
supermercado. Descansas en el sofá mirando la tele. Ríes, juegas, bromeas.
Pero amigo,
cuando el dolor entra en tu casa todo es distinto. Es como si hubiera habido un
apagón eléctrico. En un santiamén todo se vuelve oscuro, no se ve nada. La
percepción de tu dolor ha sido el interruptor de tal apagón. Ya no sonríes, ya
no juegas, ya no bromeas. Estás pendiente sólo de tu dolor. Has echado una
cortina para separarte del mundo y quedarte solo en tu soledad. La sensación de
sufrimiento personal es como el carnet identificativo que te da derecho a
ponerte en el centro del universo, para abandonarte en sus brazos y que todo el
mundo se ponga a tu servicio. Ha llegado la ocasión de erigirte en la persona egoísta,
exigente, dictadora. Tienes el justificante que te ha proporcionado el dolor.
Se acercan
tus cuidadores más cercanos y en ellos se vuelcan tus malos modos. No son
capaces de ponerse en tu lugar al cien por cien. Incluso se permiten el
capricho de bromear, de sonreír y reír, de jugar. ¡Qué poca empatía y respeto a
tu dolor! Si estuvieran con tu dolor sabrían lo que vale un peine.
El dolor es
también parte de ti. ¿Sabes que no eres tan perfecto como te creías, amigo?
¿Comprendes ahora porqué no hay monedas con una sola cara? ¿Has aceptado los
límites que te identifican con ser humano?
No propongo
nada fácil. Jugar, reír o, al menos sonreír en medio del dolor. Como dice un
amigo: “Las penas compartidas son la mitad de penas y las alegrías compartidas
son doblemente alegrías”. Si es así, y yo estoy convencido de ello, merece la pena jugar, reír y sonreír en medio
del dolor. Porque aunque el dolor permanezca ahí, habremos disfrutado de la
vida junto a los demás. Mientras que si sólo centramos nuestra mirada sobre el
dolor, lo único que conseguiremos es ahondar mucho más en él y sentiremos cómo
se hace dueño y señor de nuestra voluntad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)