miércoles, 26 de febrero de 2025

HISTORIA DE CALABAZAS

 

         La motoazada pasó una y otra vez arrancando la dura tierra que se aferraba al suelo más compacto. Las escasas lluvias del final del invierno, unidas al viento aragonés llamado cierzo, consiguieron apelmazar el espacio de tierra destinada al huerto. Al final se consiguió desmenuzar y esponjar una superficie lo suficientemente grande como para sembrar y plantar el típico huerto de un urbanita con aspiraciones campesinas.

         Posteriormente le llegó el turno a la azada. Atrás se borró la palabra motor. El cilindro se cambió por el brazo y la gasolina por el trabajo manual. Había que cavar los surcos donde sembrar. Y, con más o menos destreza, se formaron surcos y caballones. Hasta aquí todo perfecto. Perforar unos agujeritos en la tierra e introducir dos o tres pipas de melón en cada uno de ellos. Y esperar. Pasaron las semanas y cuando el señor urbanita pensaba que no habían enraizado ninguna semilla, resulta que comienzan a asomar unos tallos con unas hojas bastante hermosas. ¡Por fin están saliendo las plantas del melón!

Un vecino que escucho el comentario, afirmó: -Yo creo que son calabazas.

El urbanita, al escuchar semejante afirmación entro en modo de “duda”.

-¿Tendrá razón el vecino?

La verdad es que había bastantes posibilidades de que así fuera. El hombre llevaba bastante tiempo dedicando a su huerto muchas horas y cuidados. Y siempre se ha dicho que la experiencia es un grado.

Días más tarde se confirmó el pronóstico del experto. Unas minicalabazas emprendían el gran desarrollo de su estructura. No eran melones como creía el urbanita. Cuanto más tiempo pasaba, más evidencia se constataba de que realmente crecían calabazas y no melones. Crecieron tantas y tan grandes que el urbanita repartió entre sus familiares y amigos. El éxito como agricultor se manifestó ante público que desconocía la historia real. Sin embargo, el fracaso personal le acompañaba al urbanita en sus fueros internos.

-¿Qué he hecho para sembrar melones y recoger calabazas?

La explicación la encontró enseguida. Había confundido la semilla de calabaza con las pipas del melón.

“Hortelano tonto, patata gorda”