A veces se asocia juego y
azar. Los llamados juegos de azar dudo que realmente sean juegos. En ellos no
se ve con claridad dónde está la participación activa del jugador. Los juegos
implican una serie de acciones muy alejadas del concepto de pasividad con la
que se espera la suerte en los juegos de azar. Los juegos contribuyen al
aprendizaje en las diferentes disciplinas. ¿Qué aprendizaje se fomenta con el
juego de azar? Muchos juegos están basados en el concepto de, “la vida es un
juego”, esta frase hace referencia a la suerte que nos ha correspondido en esta
vida. Como consecuencia de ello el hecho de pensar que no se tiene suerte, es
creer en ella y algunos de los que piensan de esta manera, se sienten abocados
a jugar como la panacea de que en algún momento se les solucione la vida. Ya
sabemos cuanta gente intenta conseguir dinero de manera azarosa (bingo, juegos
de loterías, quinielas, apuestas, etc.) de tal manera que, cuanto más pierden a
la lotería, por ejemplo, más les motiva seguir apostando en ella. El análisis
personal sobre algún aspecto de su vida no pasa por la conciencia de fracaso y
la incapacidad de afrontarlo, sino que se achaca a la mala suerte que el
destino le ha preparado.
Cuando la persona no está contenta
con la dotación de bienestar que le ha regalado la vida, el juego puede servir
de sustitutivo y compensar con la esperanza en una racha de suerte que mitigue
dicho malestar. Hay personas que se quejan de su trabajo, de la poca
remuneración que reciben a cambio, de la carencia de bienestar producto de
vivir con una economía de subsistencia y ponen sus esperanzas en el juego y el
azar creyendo que algún día les tocará la lotería o recibirán un premio
inesperado que les librará de esa condición tan penosa en la que se ven
inmersos. Ponen su fe en la suerte y, en algún momento, por arte de
birlibirloque obtendrán el premio de ese paraíso al que se creen con todo el
derecho del mundo, aunque no hayan dado un palo al agua en toda su vida. En el
fondo también es una forma de buscar la felicidad. Tratar de vislumbrar un
pequeño rayo de luz de esa felicidad posible que la indefinición del futuro
puede llamar a la puerta el día menos esperado. La vivencia de una
desorientación continua ante la vida hace que el individuo se abandone al
destino, pero sin perder la ilusión de encontrar en el azar la compensación a
todos los males de los que no se siente responsable. No creo que el enfoque del
azar sea lo más acertado para encontrar luz en el camino.
De
“Caminar a tientas”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión me interesa mucho.