Si eres consciente
de todo lo que quieres y tienes los objetivos claros, espera aquello que
deseas. Verás como se cumple.
Por
ejemplo: Quiero conseguir que mis alumnos estudien a fondo un tema muy
interesante para el conocimiento de mi asignatura. El objetivo está claro.
Toda
la fuerza de mis deseos se pone en marcha. Dejo que fluyan hacia mí todas las
potencialidades que fomentan el conocimiento del tema. Espero aquello que
deseo. Y, sin apresurarme, dejo abiertas las puertas y ventanas de mi casa
personal para que entre con aire fresco lo que necesito.
Sin
darme cuenta mi deseo se habrá cumplido, porque lo esperaba con la máxima
atención.
“Todo
lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado”
Buda
(563 a .
C-483 a . C)
De "Recetas de aula"
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