Sin
ánimo de manosear los conceptos fundamentales sobre la escuela, hoy más que
nunca, se necesita nombrar las claves fundamentales que sustentan su razón de
ser. Podemos decir sencillamente que la escuela se dedica a educar. Educar en
su etimología latina “educere” se entiende como sacar a flote, extraer y
también se puede comprender como “educare” o formar, instruir a las personas.
En cualquier caso se trata de activar procesos complejos por medio de los
cuales se transmiten valores, costumbres, formas de actuar, conocimientos. Con
la intencionalidad de que las generaciones siguientes aprendan y desarrollen la
cultura.
La
escuela puede poner el acento en el concepto “educere” tratando de sacar de
cada persona lo más valioso que lleva dentro de su ser, para que desarrolle sus
sentimientos, actitudes y comportamientos con toda su energía. Confiando en que
la propia naturaleza humana tiende hacia lo positivo, hacia lo bueno y sea capaz de dejar a la humanidad un legado
mucho mejor que el que había heredado.
Pero
la escuela puede enfatizar el concepto de “educare”, es decir dar formación e
instruir como enfoque principal de su tarea educativa. Posiblemente se pretenda
conseguir la mejora de la humanidad, no me cabe la menor duda. Pero desde mi
punto de vista no se confía en la bondad de la naturaleza humana y se impone la
visión de quienes se otorgan la responsabilidad de instruir y dar la formación
a quienes ellos consideran incapaces de adquirir su unívoca forma de pensar,
sentir y actuar.
Pienso
que el primer enfoque, “educere” fundamenta los valores del respeto, el
diálogo, la autoestima, la reflexión, la participación y el compromiso.
Facilita la conformación de sociedades pluralistas y democráticas. Mientras que
el segundo, “educare”, tiende a la imposición, obediencia, a la sumisión y el
autoritarismo, caracterizado por las sociedades de pensamiento único y
dictatoriales.
Actualmente
los gobiernos de los estados y, por consiguiente los responsables de las
instituciones educativas, parecen estar más ocupados en controlar los procesos
de instrucción y formación basados en el concepto de “educare” que en facilitar,
a los individuos de la sociedad que gobiernan, saquen a flote o extraigan, “educere”, sus
verdaderas cualidades y aptitudes.
¿Qué
modelo de escuela estamos fomentando?
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