viernes, 7 de noviembre de 2014

Sentido común

Nos hemos vuelto locos. Se ha perdido el sentido común. Si analizamos algunas de las bases que sustentan toda sociedad como son la sanidad o la justicia observaremos con qué facilidad se está perdiendo.

            En sanidad hay que utilizar los recursos sanitarios sin despilfarro, de acuerdo. Pero eso no significa que disminuyendo personal y atención al paciente se mejore el servicio de salud. Cuando los médicos y técnicos sanitarios no pueden dar más de sí porque no llegan a todo el trabajo que tienen, se ralentiza y perjudica la atención al paciente. Si se suprimen camas, se pierde capacidad de hospitalización. Si se carecen de quirófanos las operaciones se demoran en demasía. ¿Cuál es el resultado? Pues el que tiene pelas se contrata un seguro médico o se paga la atención que la seguridad social no le proporciona. Paga al mismo médico que le atiende en la seguridad social, pero ahora lo hace en la clínica privada donde trabaja. Allí le realiza la operación que necesita o se le suministra el tratamiento para su enfermedad. Y el que no tiene dinero, se aguanta o se muere esperando que le pongan una crucecita en la lista de espera. El sentido común dice que por culpa de unos pocos incompetentes que no administran la sanidad pública como se debiera, pagan los platos rotos las personas con menos recursos económicos, que son las que realmente se quedan sin atender. Curiosamente siempre se privatiza la riqueza, las ventajas para unos pocos y se hacen públicos los gastos, es decir las desventajas para la mayoría.
En la justicia también falta  ese sentido común. El pobre infeliz que ha robado cuatro herramientas de trabajo y unos miles de euros, a los dos días lo tienes en la cárcel. Hasta aquí parece justo. Pero si en vez de robar miles de euros roba millones, puede estar tranquilo. Con ese dinero contrata a los mejores abogados, dilata los juicios, encuentra las rendijas de la justicia para salirse por un lado. Incluso se puede permitir el lujo de pagar esa fianza que es calderilla si se compara con el montante de lo que ha robado. Los altos magistrados son capaces de afirmar que la justicia está preparada para “los roba gallinas”. Es decir que no puede responder a los macro sinvergüenzas. Nos hemos vuelto locos. Vaya justicia de mierda. Eso, ¿no es perder el sentido común?


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