A un fanático,
religioso, político o del tipo que sea, no intentes convencerlo de nada.
Perderás el tiempo. No me dirijo a ellos sino a quienes son capaces de salir de
su espacio acostumbrado. Me da igual que sean amigos, familiares o conocidos.
Acepto la discrepancia con respeto y huyo de quienes se creen con la verdad
absoluta. Prefiero acercarme a quienes dudan y se cuestionan incluso lo que
parece evidente.
Estoy harto de
la matraca que nos dan los medios de comunicación pagados por el gobierno con
el cambio climático y los incendios que el 90% son producidos por pirómanos.
Estoy harto de un gobierno que me
dice que tengo que ahorrar quitándome la corbata que no uso, mientras su
presidente va a comprar tabaco en helicóptero y, con todos sus ministros, tiene
el récord de contratación de asesores de la historia de España para que luego
ponga la bandera al revés.
Estoy harto de comprobar mentira
tras mentira las promesas de un presidente traidor. No pactaré con Bildu,
cuantas veces quiere que se lo diga. No podré dormir con Podemos en el
gobierno. Es indecente un gobierno que sube la factura de la luz y ahora esta
cinco veces más cara. No pactaré con independentistas y los indulta. Etc…
Estoy harto de pagar la gasolina
al doble que hace un año y los sindicatos comiendo gambas y tocando el violín.
Eso sí, sin corbata pero con bufanda.
Estoy harto de la mayoría de
periodistas subvencionados, lameculos que son incapaces de criticar lo que está
mal hecho. Han pasado del cuarto poder al cuarto a peder. La corrupción de los ERES en Andalucía 680
millones de euros con Chaves y Griñán al frente que son unos santos y fíjate
tú. Diez minutos en las teles y a otra cosa. Pero los de la Gurtel esos sí que
son malos. Diez años dale que te pego. Nos tratan como si fuéramos subnormales.
Estoy harto de que no puedas
decir que eres español y enseñar la bandera de España con toda normalidad sin
que te clasifiquen de facha. Y tienes al presidente de España inclinándose ante
la bandera de la comunidad autónoma de Cataluña como si fuera el último mono.
Estoy harto de que se salten las
leyes y no pasa nada porque la fiscalía la han hecho depender del gobierno. Los
jueces están politizados y las principales instituciones en manos del poder
político sin que nadie haga algo decente para mantener los principios
democráticos de este país.
Estoy harto de que en el gobierno,
con dos partidos diferentes, quieran ser gobierno y oposición al mismo tiempo.
En el gobierno se está para solucionar problemas no para decir que es muy grave
lo que ha hecho el ministro con el que te sientas. Y si no estás de acuerdo
dimites. Pero aquí no dimite ni el tato. La pasta es la pasta. Y la casta es la
casta señores marqueses.
Estoy harto de las
justificaciones basadas en el argumento potente de: “si estuviera gobernando la
derecha sería peor”. O si te atreves a criticar cualquier tipo de decisión
gubernamental eres un negacionista y solo pones palos en las ruedas. Yo creía
que estábamos en una democracia y en ella debe haber oposición. Pero no es así.
Estoy harto de que nos digan que
el paro ha bajado y la economía está creciendo por encima del resto de los países
europeos, cuando simplemente cambian la forma de contar. La realidad es tozuda,
la gente es un veinte por ciento más pobre que hace cuatro años.
Estoy harto de que continuamente
nos estén amenazando para que el miedo se instale en nuestras vidas y nos
manejen como les dé la gana. Nos volverán a encerrar, nos apagarán la luz a las
diez de la noche, cierra las ventanas y puertas que pierdes energía, abre la
ventanas y puertas que esté ventilado y puede contagiar el virus.
Estoy harto de estar gobernado
por una cuadrilla de inútiles, cuya única preocupación sea el enriquecimiento
propio a costa de los ciudadanos. Pero más harto estoy de aquellos que
defienden a capa y espada la situación actual y la justifican con su adhesión
inquebrantable a los partidos que han votado toda la vida y solo les falta una
pequeña comida de tarro más para consolidarse como fanáticos de pata negra.