miércoles, 29 de octubre de 2014

¡PALABRA!

            Palabras. Hablar aquí y allá. Decir innumerables cosas por el mero hecho de llenar vacíos en la comunicación. Contar historias cargadas de fantasías o llenas de estereotipos. Emitir sonidos guturales para demostrar una presencia.  Combinar un sinfín de asonancias y consonancias engarzándolas unas con otras como si de un puzzle se tratara. Hablar por hablar.

            Palabrería. Desde el comienzo de la comunicación con el otro se puede saber de antemano, que lo que va a decir no tiene relevancia alguna. Tiempo atrás, la falta de  coherencia redujo considerablemente la credibilidad y por ello ahora necesita el aval de los hechos. Engendrada en la duda la sospecha se convierte en cedazo para la interpretación de las palabras. Adentrados en este terreno el barro en la comunicación se petrifica y el retraimiento o la frivolidad se instalan en las relaciones.

            Palabra. Afirmación que, muchas veces, pretende llamar la atención de quien escucha y pretende diferenciarla de la palabrería. Indica sinceridad y convencimiento personal profundo. Deseo de convertirla en la realidad desde el mismo instante en que se pronuncia. Aboca al cumplimento del compromiso contraído. En caso contrario la persona que no cumple su palabra se le tilda, y con razón, de hombre o mujer de “poca palabra”.

            Los medios de comunicación han influido, de alguna manera, en confundir los valores y creencias personales con juegos de ideas, sentidos, palabras… La sensación de sentirse manipulado constantemente por los poderes políticos, económicos o sociales  se apodera de las personas sencillas y concluyen sus reflexiones diciendo: “Todo es una mentira”.


            Revalorizar el contenido profundo de la palabra es luchar contra la manipulación y la falsedad. La palabra no es una parte desmontable de la persona, sino que expresa y comunica el ser en su totalidad. ¡Palabra!

domingo, 26 de octubre de 2014

Escuela pública

            El estado ha ganado la batalla a las personas que conforman una sociedad. Ha conseguido regular al máximo los conocimientos, las actitudes y las aptitudes que se deben aprender en la escuela.  Ha sistematizado los procedimientos organizativos de tal manera que no queda espacio para el libre pensamiento, la búsqueda de los grandes interrogantes de la humanidad. Ha determinado a priori las aptitudes a premiar y aquellas que deben eliminarse del sistema. Con especial cuidado se ha preocupado de la educación para la ciudadanía, so pretexto de garantizar la libertad, ha enmarcado el ámbito que no perjudique la ruptura organizativa de la ideología dominante. Y hasta aquí hemos llegado: a la escuela pública.
            Una escuela pública que destaca el valor de servicio público para la ciudadanía. Una escuela gestionada por la comunidad educativa y que se le asocia, simplemente por ello, el calificativo de democrática. Una escuela gratuita y sostenida con fondos públicos, concepto un poco contradictorio. Sería más sencillo decir una escuela sostenida con las aportaciones de los contribuyentes, al servicio de todas las personas, incluidas aquellas que no tributan.
            Una escuela que se atribuye el mérito de ser compensadora de desigualdades e integradora. Que no hace distinción entre sus educandos por razón social, cultural, económica, religiosa, o de género.  Que se autocalifica de neutral, simplemente porque se desarrolla en un espacio público.  Neutral significa que no presenta ninguna de dos características opuestas, por ejemplo, no es positivo ni negativo; o no muestra ninguna intención o emoción. No sé dónde se encontrarán este tipo de educadores “neutrales”, que ni son positivos ni negativos, o que no muestren ninguna emoción, ni intención…
            Una escuela pluralista que no inculca ninguna creencia. Es decir, no insiste en un tipo de pensamiento determinado, ni en una ideología específica, ni en una cultura  concreta. Dice que utiliza la pluralidad como instrumento de formación ideológica, algo que no acabo de entender muy bien. No veo mucho parecido con la actuación de los grandes maestros de la historia que sí mostraban sus pensamientos, sus creencias y convicciones a sus discípulos.

            Una escuela pública que se define más por el acento que pone en su apellido: “publica” que por el de su nombre: “escuela”. Una tipo de escuela que parece defender su propia identidad denunciando, muchas veces con toda la razón del mundo, las carencias y los fallos de la escuela privada. Quizás tanto la escuela pública como la privada deberían profundizar mucho más en su nombre: ESCUELA. Tal vez así se fuera transformando a las personas para que sean capaces de buscar las mejores soluciones para convivir en este planeta y mejorar su futuro.  

viernes, 24 de octubre de 2014

Compromiso


            Hoy día no está de moda la palabra compromiso. Promesa que se realiza a alguien  y con el cual se asume el cumplimiento de una obligación. El razonamiento interno más común es “Para qué me voy a comprometer si no tengo claro que lo pueda cumplir”. Esta suele ser la razón esgrimida por mucha gente para no implicarse en un tema. En el mejor de los casos se hacen promesas pero sin el aval de su desempeño. “Lo intentaré, aunque no te garantizo que lo haga”. La verdad es que ante esta postura casi sería mejor guardar un discreto silencio. El compromiso es una declaración de principios sobre todas las áreas de nuestra vida, el trabajo, la familia, los amigos, la economía, la política... Muestra a los demás la obligación contraída para cumplir lo que se ha dicho respecto a algo. Existen diferentes niveles de compromiso y cuanto más grave sea mayor exigencia ejercerá en quien lo asume. La convivencia en una sociedad se fundamenta en las relaciones comprometidas de sus individuos porque el bienestar social no se concibe sin la colaboración entre sus componentes. Continuamente se están produciendo acuerdos, pequeños contratos ya sean escritos o verbales, explícitos o implícitos, fruto de las conversaciones que mantenemos con los demás. Por ejemplo si yo le digo a un amigo que mañana le llevaré el libro que me prestó, él espera que cumpla lo dicho. De lo contrario comenzará a dudar de mi palabra y por tanto mi compromiso se verá dañado en un futuro. El coraje de mostrar a los demás nuestras intenciones crea lazos fuertes en las interacciones personales, pero además es digno de admirar si conseguimos evidenciar la correlación que mantenemos entre las palabras y los hechos.
De "Caminar a tientas"

miércoles, 22 de octubre de 2014

Coherencia

Vivir con coherencia supone mantener una actitud positiva ante la vida. Sostener una actitud negativa ante la vida abocaría a la muerte. Si realmente se fuera coherente quien no cree en la vida en qué cree, si no es precisamente en la muerte. Creer en la bondad de las personas y favorecer las circunstancias que hagan de este mundo un lugar más humano. No hacer trampas a nadie, ni caer en la mentira, seas visto o no. Trabajar con honestidad, intentar hacer las cosas bien porque siempre puede haber alguien que podrá beneficiarse del trabajo bien realizado, es la manera más llana de acercarse a la verdadera coherencia. También exige ser benévolo con los defectos de los demás, especialmente si los comparamos con nuestros propios defectos. Es preciso mantener una manga ancha para saber comprender a quienes no actúan como quisiéramos y mantener una postura crítica con nosotros mismos para poder mejorar nuestras cualidades e ir abandonando los defectos personales. Dicho de esta forma quizás se pueda pensar que la coherencia es prácticamente la perfección. No es exactamente así pero encauza el camino que te lleva a ser mucho mejor de lo que crees.
De "Caminar a tientas"

martes, 21 de octubre de 2014

¿QUÉ MODELO DE ESCUELA QUEREMOS?


                Sin ánimo de manosear los conceptos fundamentales sobre la escuela, hoy más que nunca, se necesita nombrar las claves fundamentales que sustentan su razón de ser. Podemos decir sencillamente que la escuela se dedica a educar. Educar en su etimología latina “educere” se entiende como sacar a flote, extraer y también se puede comprender como “educare” o formar, instruir a las personas. En cualquier caso se trata de activar procesos complejos por medio de los cuales se transmiten valores, costumbres, formas de actuar, conocimientos. Con la intencionalidad de que las generaciones siguientes aprendan y desarrollen la cultura.
                La escuela puede poner el acento en el concepto “educere” tratando de sacar de cada persona lo más valioso que lleva dentro de su ser, para que desarrolle sus sentimientos, actitudes y comportamientos con toda su energía. Confiando en que la propia naturaleza humana tiende hacia lo positivo, hacia lo bueno y sea capaz de dejar a la humanidad un  legado mucho mejor que el que había heredado.
                Pero la escuela puede enfatizar el concepto de “educare”, es decir dar formación e instruir como enfoque principal de su tarea educativa. Posiblemente se pretenda conseguir la mejora de la humanidad, no me cabe la menor duda. Pero desde mi punto de vista no se confía en la bondad de la naturaleza humana y se impone la visión de quienes se otorgan la responsabilidad de instruir y dar la formación a quienes ellos consideran incapaces de adquirir su unívoca forma de pensar, sentir y actuar.
                Pienso que el primer enfoque, “educere” fundamenta los valores del respeto, el diálogo, la autoestima, la reflexión, la participación y el compromiso. Facilita la conformación de sociedades pluralistas y democráticas. Mientras que el segundo, “educare”, tiende a la imposición, obediencia, a la sumisión y el autoritarismo, caracterizado por las sociedades de pensamiento único y dictatoriales.
                Actualmente los gobiernos de los estados y, por consiguiente los responsables de las instituciones educativas, parecen estar más ocupados en controlar los procesos de instrucción y formación basados en el concepto de “educare” que en facilitar, a los individuos de la sociedad que gobiernan,  saquen a flote o extraigan, “educere”, sus verdaderas cualidades y aptitudes.

                ¿Qué modelo de escuela estamos fomentando?