Buenos días.
Hace tiempo que no cuelgo artículos en el blog. Hoy retomo la actividad y
esperemos que la pueda mantener a lo largo del tiempo con regularidad. No
siempre se puede desarrollar lo que uno quiere y hay que dejar que la vida
fluya como el agua en la corriente del río.
Dado el
panorama económico, social y político en el que se encuentra nuestro país me
resulta muy complicado no hacer referencia a ello. Lejos de mi interés mostrar exclusivamente
los aspectos negativos de la situación. Especialmente si comparamos el estado
de bienestar de nuestro país con otros países del mundo, la mayoría, que viven
paupérrimamente. En este sentido los españoles somos unos privilegiados.
Cierto.
Pero también
es cierto que en esta última legislatura, se ha sustraído a la joven democracia
española algunos valores democráticos esenciales. El principal retroceso lo
centro en las maniobras realizadas por el poder ejecutivo para usurpar y
acaparar las voluntades y las instituciones de los poderes legislativo y
judicial. De hecho la separación de poderes, propia de una democracia, a estas
alturas está muy debilitada. Yo la clasificaría en estado de enfermedad muy
grave. Si a ello unimos que la mayoría de los medios de comunicación se han
arrodillado a las órdenes del poder ejecutivo nos quedamos con un panorama nada
halagüeño.
Solo me queda
la esperanza en la fuerza de la ciudadanía. Sin embargo, gracias al control
informativo, cada día se dan signos más evidentes de comprobar una anestesia
generalizada que se traduce en la aceptación de la mentira como un valor en
alza. La congruencia, el valor de la palabra y la dignidad están pasando a un
segundo plano. Aceptar como verdadero lo que claramente es totalmente falso.
Tenía razón George Orwell en su novela “1984”. Ya está en pleno vigor el
concepto de “doblepiensa”.
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