Hoy
es un día grande. El mejor de mi vida. Me he levantado y mis piernas me han
transportado hacia donde mi mente me ha dirigido. Mis ojos están disfrutando de
la belleza de los colores y del blanco y negro. Huelo el aroma de la tierra
mojada en los jardines y percibo la maloliente contaminación urbana. Escucho el
ruido de los motores de la civilización y la sencilla melodía del piar de
un gorrión adolescente. Las manos reconocen los objetos con el simple
rozamiento de la piel. ¡Qué bueno me ha sabido el café matinal! Inmenso placer
disfrutar de todos los sentidos.
¿De
qué puedo quejarme? ¡Estoy vivo!
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