Soy seguidor y participante de las redes sociales desde hace algún
tiempo. A bote pronto, quiero hacer balance de ello. Empiezo a estar harto de
compartir y retwittear frases muy bonitas que se repiten, una y otra vez. Da la
impresión de que lo importante es conseguir muchos “me gusta”, o +. La clave
está en que la lista de amigos, seguidores…, se acreciente al máximo.
Como si ello fuera expresión de nuestra capacidad de mejorar la percepción
social. O tal vez, detrás de un artilugio informático, se busque un poco de
autoestima por parte de gente anónima.
La pantalla mantiene embobada a
la sociedad, dando vueltas a la rueda del ratón del ordenador o pasando
mensajes de whatsapp, noticias, fotos, videos, con el móvil de última
generación y con la máxima avidez para encontrar no sé qué.
Se echan en falta
ideas personales frente al “copia y pega”, opiniones e ideas propias. Los
escritos que tienen cierto contenido suelen ser ignorados porque la mayoría de
ellos supera las tres líneas y leer tanto texto cansa, lleva demasiado tiempo
para el consumista clásico de las redes.
Hay que realizar muchos selfies. Especialmente de la figura hedonista de
quien pulsa. Fotos y videos de paellas y huevos fritos con panceta a punto de
ser devorados. Lugares de ensueño que den la impresión de que, donde está el
móvil, allí se encuentra un ser, aparentemente feliz, al que hay que envidiar y
que suplica unos cuantos “me gusta” con corazoncito incluido.
Tal vez, la sociedad está
utilizando las redes como el mejor medio de ser reconocido un poco, de ser
alguien, aunque sea por personas desconocidas. O quizás, todavía no se hayan
captado los objetivos más interesantes de la existencia de estos medios de comunicación.
Seguro. Pero la dependencia de estas redes sociales ya cansa, agobia y absorbe demasiado. Detrás de todo este tejido de
comunicación existen excesivos “intereses” ideológicos, y especialmente
económicos, seguro. Creo que es un buen sucedáneo para sustituir al pensamiento
libre y cultivar una sociedad embobada con los medios.
A pesar de ello, personalmente,
no renunciaré a difundir lo que me parezca interesante, al menos, para que lo
puedan contrastar algunas personas que intentan ir más allá de la trivialidad,
en la que nos intentan atrapar estas “redes”.
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