Silente,
la tarde arrebolada.
En
el pueblo sisean mil secretos,
enredados
rumores indiscretos,
sobre
una mujer enamorada.
Mejilla
de arrebol encarnada,
sofocos
hinchados, de amor repletos
sollozos
declarados incompletos,
al
candor natural iluminada.
Cielo
engalanado de nubes rosas
en
el gris tardío, sol explotando,
dormido
en azules mariposas.
Sus
manos blancas ocultan llorando
el
desprecio de almas lastimosas,
maltrato
social, vergüenza quemando.
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