Estas palabras van dirigidas a quienes en estos momentos
de su vida lo están pasando mal. No pretenden ser palabras para la compasión,
ni siquiera un gesto de comprensión. Nadie es capaz de ponerse en el lugar del
otro y mantener una empatía absoluta. Sólo el individuo que está sufriendo conoce
la dimensión de su dolor y es, únicamente él mismo, quien decide aguantar o
asumir su situación.
Aguantar es
sostener un peso, soportar algo o a alguien. Mantener un peso, por muy pequeño
que parezca, puede hacerse in-soportable. Cuanto más tiempo se mantenga esta
acción más pesado resultará. El cansancio irá haciendo mella hasta llegar un
momento en el que la persona, prácticamente se sienta impotente. El aguante
personal, a no ser que uno se sienta masoquista, es una actitud no deseada.
Asumir es
tomar para sí una tarea o una responsabilidad. Quien asume una responsabilidad
la considera en el ámbito de su determinación de libertad personal. Por tanto,
se orienta a trabajar en aras de buscar las soluciones más inteligentes para
resolver cualquier situación, por muy delicada, molesta o dolorosa que fuere.
¿Cuánto puedes aguantar? ¿Qué quieres asumir? Tú, y
solamente tú, decides. Quizás no hayas descubierto todavía que vales mucho más
de lo jamás has pensado.