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martes, 29 de agosto de 2017

Juego

Juego a vender
buchitos de esperanza,
en las plazas, en el desierto,
en las olas.

Juego al escondite,
detrás de las amapolas,
para que nadie se pierda
un beso rojo.

Juego haciendo trenzas de fuego,
el aire se ríe
de mis bucles de oro,
mientras, le canto a sus amores.

Juego a beber océanos,
dibujar mandalas,
firmamentos de colores
en mis manos de niño.

Juego a las construcciones.
Catedrales, palacios,
pirámides de sueños
en globos transparentes.

Juego a mirar
estrellas en el suelo,
sombras en el sol.
Juego a jugar.


viernes, 21 de julio de 2017

Origen

Del brillo, aprehende un destello,
del dolor, una lágrima perlada,
de la mar, heridas blancas de espuma,
de los senos, manantiales de amor,
de la cara, miel, de la cruz, hiel,
de la moneda, el interés,
de los sueños, tus fantasías,
del azúcar, un terrón de felicidad,
del azar, la gran ilusión,
del gorrión, el vuelo de la libertad,
de la amistad, el rumor de unos pasos,
de la nada, el infinito que te persigue.




mar atardecer

lunes, 10 de julio de 2017

martes, 4 de julio de 2017

Golondrinas (A los hermanos Bécquer)

Golondrinas ambos
flechando el cielo.
Gustavo, sí, dos
besos de anhelo.

Ingenuo candor
Adolfo añadido.
Chillidos, clamor
al viento urdido.

Alar romántico,
¡tan Valeriano!
sin ser idéntico,
corteja al hermano.

Historia encantada
del poeta por mor.
Efímera, volada,
proclama de amor.

Chiflar vibrante,
peregrino fugaz,
ternura flotante,
por un par de paz.

¡Qué darías, cantor!
A beldad de mujer,
hambriento primor
hoy, versos de ayer.

Sevilla, aspa blanca
Moncayo de piedra
contempla Veruela,
descansa, cruz negra.


Hermanos Bécquer sentados ante cruz

miércoles, 28 de junio de 2017

Blanca y Bécquer

Bécquer sentado junto al castillo de Trasmoz

La noche estrellada en el monte de la villa. Solo el silencio se pasea de puntillas por las calles, callando los secretos de sus gentes. La luna pendiente de todos los movimientos. Blancura, allá en lo alto, claridad blanca. El silbido tenue de una caricia del viento llamó la atención de la singular silueta. Tentado estuvo el poeta de girar su rostro de bronce entumecido y volver la vista hacia atrás para ver de dónde provenía el sonido. Pero la prudencia le invitó a permanecer hierático, sentado, mirando las sombras chorreadas por la huecha del lugar. 
 Unos pasos se acercan, apenas perceptibles, remueven los pequeños guijarros en el camino del cementerio. Zapatos blancos de charol. Calcetines de puntillas, blancos también, como la blanca luna y el vestido de comunión que la envolvía en el misterio insólito del lugar. El cabello descendiendo sobre sus delicados hombros femeninos, ensortijado en bucles de oro y arcanos deseos. El camino de subida al castillo se había borrado con el olor al tomillo y el aliento del Moncayo. 
 Gustavo, el poeta romántico, allí estaba detenido, sentado, llamando al tiempo de su tiempo. Una mano sostiene el contador de las horas, de los días y de las eternas esperas sin nombre. La otra, enmudece las cartas inéditas que un día leerán muchos ojos ávidos de la belleza del logos. Con la mirada reposada, en lontananza, fantaseando con el silencio monacal del monasterio de Veruela. Envuelto en su capa, la amiga de inviernos y senderos, sintió una presencia en sus espaldas. La mano se posó en su hombro. Mucho más gélida que la temperatura del resonante cuerpo bronceado. Un escalofrío estremeció los cimientos de la fortaleza y algunas ondas trasladaron la sensación al mismísimo nigromante que la construyó. 
 -No temas amigo. He bajado de la ardiente clara nocturna, para sentarme a tu lado, y soñar, en este espacio maldito para creyentes, en esta bruma esotérica de brujas y embrujos, de queimadas y locura, de placer y poesía.

domingo, 25 de junio de 2017

Flor encendida

Flor encendida,
semilla,
en un hálito contenida.  
Peregrina,
germen ambulante,
casi divina.
Te disemina un soplo
y se apagan tus estrellas,
pero fluye la vida.

Flor encendida

viernes, 23 de junio de 2017

Levedad

Levedad

Detrás de tu nombre se han bosquejado mis sueños.
Delante, mis dudas, la mar troceada.
En medio, el abismo, farallón infinito.

Y, solo un beso huidizo gravita perdido.

viernes, 16 de junio de 2017

Ardiente

En tus manos un suspiro,
en tus ojos la mar abierta,
en tus labios cántaros de agua
derramados en el río.

Dormida la playa seca,
inconsciente el desierto,
bajo tus  gráciles pies
caminando a cielo abierto.

El murmullo de tus pasos
en la húmeda fronda
perturba mis sentidos
abrazado a tu sombra.

Envuelto en tus abrazos,
dibujado con pinceles,
soy cuadro en tus lienzos
latón fino de oropeles.

Gélida brisa, nívea flor.
Llovizna de otoño presente,
sofoca esta noche el calor
y serena un corazón ardiente.

Sol ardiente



miércoles, 12 de abril de 2017

Brocal

mirada al agua del pozo












Si mis ojos, un brocal confundieran,  
rellenos de mil lágrimas cautivas  
robadas a la tierra que cultivas,   
en témpano de tu piel se fundieran.

Mis labios secos de mirar, bebieran
el oscuro azul, fluido que me privas  
hermoso regalo de tus dádivas  
si tus miradas en mi se volvieran.

Con luz, en mi imagen te suspiro.
Roba la noche mi cara a la luna  
ahogado en ti, sin aire respiro.

Una piedra coge la pena, una. 
Todas soportan mi sueño herido
Brocal dolorido, posa en tu cuna.

domingo, 5 de marzo de 2017

Tarde de paz

Tarde y cielo con nubes

Desplomada y aturdida discurre la tarde gris.
La delicadeza es pura humedad,
mientras se funde la lluvia ligera en gélida brisa.

Ya regresan las cigüeñas a sus enormes nidos
que coronan la torre de la iglesia
y los niños acuden a sus casas con el pelo mojado.

El cristal de la ventana se ha empañado
de un cálido vaho hogareño.
Vuela la paz en el silencio de la vida.  

Un libro acurrucado en las manos de su amante,
se deja acariciar en cada página
por la mirada fiel y esos dedos de ternura.

Calma que inunda el ser en un instante,
olor a leña quemada que consume el tiempo
y trasciende el deseo de un cielo.


Tarde de paz. 

viernes, 13 de enero de 2017

¿Eres tú?

¿Eres tú?

porque nadie ausculta tus secretos
y lo que piensas se consume en tus adentros,
a fuego lento, como cigarrillo en labios del fumador.

Te consideras original,
comparando rostros con el que guardas en tus espejos.
Las medidas de tu cuerpo no encajan
con los prototipos de la moda.

Te sientes sublime
Con la pasión de tus sentimientos
ante las gélidas muestras de sensibilidad ajena.
Y, apenas conoces tu corazón.

Acaso te creas lo que no eres,
O, tal vez, seas el estándar que odias.
Las nubes pueden tapar el sol

y encender atardeceres.

Atardecer-vida-sentido

jueves, 1 de diciembre de 2016

Sol en diciembre

Silencioso tapiz, verde y blanco.
Extendido en la solana abierta.
Aplastado con la humedad vital
por ese rocío de la mañana.

La sierra vigilante, enhiesta,
allá, sentada, en su trono de gloria.
Los peñascos proyectan sus penumbras,
calientan sus caras duras y desnudas.

Ha llegado el sol de diciembre
Bendiciendo esos hálitos de vaho,
sorbos de niebla, espirados
en ligeros algodones etéreos.

Resplandor. Lumbre viva de invierno.
Sol. Sopor de estío,
en diciembre lucero, cristal en luz.

En el frío fulgor encendido.

Sol-diciembre-vida

martes, 4 de octubre de 2016

Palabras derramadas

En los ojos.
Esas miradas tristes que anuncian la soledad.
Esperando la sonrisa ajena, como el labrador
con la lluvia que preña su tierra de vida.

En la boca.
Esos labios cerrados y secos.
Voces apagadas desde el adiós
a los papás que los vieron crecer.

En los oídos.
El silencio vacío que sólo recoge
el murmullo de sus soliloquios entrecortados
con el brote de sus recuerdos.

Si pudieran escuchar
alguna palabra derramada en el fondo
del ser despertarían con el canto
matinal y alegre del gallo.

Si algunos labios pronunciaran,
al menos una palabra derramada,
en un nombre que alegre la vida.
Todo sería distinto.

Si una mirada se fijara en esos ojos
ávidos de compañía serena,
no caería ninguna lágrima
sobre las palabras derramadas en el desierto.

Las soledades nunca se harían fuertes en la noche.
El rumor de la lluvia anunciaría
el verdor intenso de los prados.
Bastan unas palabras derramadas…


Bastan unas palabras derramadas

miércoles, 3 de agosto de 2016

HA LLEGADO EL MOMENTO



De aprender a desaprender,
de tomar a entregar,
de producir a consumir,
de querer a dejarse amar.

Aunque se resista el cuerpo
y la mente camine más deprisa,
cada año se haya clavado hasta el fondo,
esperando el martillazo final.

La mirada abierta al infinito,
anchas las mangas y las espaldas,
dulce la sonrisa serena,
sencillo el respeto a la libertad.

Embobarse en los paseos vespertinos
descansar en los bancos manchados
por el polvo levantado en los juegos de niños
ausentes del destino que les espera.

Disentir con la fuerza de los silencios,
comprender las ausencias deseadas,
infundir una paz en cada conflicto,
entregando al mundo los frutos de toda una vida.

Sin medidas, sin reloj. Con arrugas y suspiros.
Buscando el sol y la claridad del día.
Soltando nudos. Las manos abiertas
en ofrenda sin medida del amor.




miércoles, 20 de julio de 2016

A los amigos que fueron

Hemos pasado muchos tiempos juntos
Haciendo planes que se cumplieron, o no.
Hablando de cosas fútiles y de profundidades.
Partidos de la risa o acompañando con lágrimas contenidas.

Eso, ya pasó.
Ahora queda el presente anodino del recuerdo.
La añoranza de la presencia ausente.
El suspiro de un nuevo reencuentro, casi abandonado.

El tamiz del tiempo purgó la esencia amical
con un cedazo cada vez más fino
que nos ha convertido en arena escurridiza,
depósito de la mar embalsada en las manos.

Ahora nos ha vencido la prisa y el reloj es nuestro dueño.
Atrás quedó la gratuidad de los minutos perdidos,
la inutilidad de las conversaciones que sólo confirman
la necesidad de sentirnos acariciados, amigos.




miércoles, 15 de junio de 2016

Palabras al corazón

Aquí dejo derramadas mis palabras.
Envueltas en esta red cibernética
tejida de filiformes y débiles nudos.

Ahí siembro mis pensamientos.
Porque sí. Soñando lazos imposibles.
Sembrando granos de pequeñas esperanzas.

Así se transforma el corazón
con pequeños gestos de cercanía
que toquen el fondo del bien ser.

Acá no espero la vuelta que deseo.
Una señal apenas dibujada
de esa luz impregnada de calidez.

Allá florecen los diminutos brotes
de un sentimiento común,
escondidos aún en la dura apariencia.

Espero siempre, el bien tapado,
la mente liberada de sus propios barrotes,
y al ruiseñor llenando las tardes de verano.




jueves, 2 de junio de 2016

REDES SOCIALES

He pulsado con el índice el ratón de mi viejo ordenador.
Clic.
Una mano cerrada con el pulgar erecto
ha aparecido en la pantalla, seguida por un “Tú y 17 personas más”.

Quizás, alguien se sienta bien al otro lado
de la gran red social. Atrapado en su tela de araña,
envuelto en la imaginaria acogida del mundo.
Red, querida red…

Si no fuera por ti, ¿quién escucharía mi canto y mis lágrimas?
¿Quién sabría de mi soledad en red?
¿Quién tocaría con sus manos las mías?
¿Quién soñaría una belleza deseada?

Y, si pudiera despojarme de tus hilos…
Tal vez encontrara unos ojos clavados en mi mirada,
Un aliento cálido fundido en la palabra,

Una piel narrando su historia real de vida.


jueves, 24 de diciembre de 2015

LA LUNA DE MIS AMORES

  Qué sabe la luna de mis amores,
y el mar de mis andares,
si duerme durante el día
 y braman sus olas en los ijares.
De un caballo negro
cabalgando a tu orilla.

La luna de mis amores,
con las sirenas en la bahía,
reposa, las noches claras
en la cama del agua fría.
Las tardes limpias,
en las arenas vacías.

Quién canta tiritando
gélido y sin quebrar la voz,
temblando, al ver llegar
a la amada blanca
de noche invisible,
presente de día.

La luna de mis amores
ha mirado en su agonía
matinal, subida
al horizonte, perdiendo
sus ojos vueltos
en la claridad mecida.

En los rumores, siempre
porfía la luz nocturna.
Con eternos menesteres
tránsitos y pudores.
Qué sabrás tú, redonda
encantada, de mis amores.


miércoles, 3 de junio de 2015

LA LÍNEA

La línea que separa el cielo del horizonte es demasiado fina
para hacer distinción entre el cielo y la tierra.
Y a la mar le pasa lo mismo.
Y a los sueños con la realidad.

La línea que marcan los hombres no es línea.
Porque las líneas no existen.
¿Acaso las estrellas son líneas en el firmamento?
La luna no es silueta cuando simboliza lo inalcanzable.

Las líneas en los mapas separan, pero en la tierra no se ve.
Yo no las veo en los montes, ni en los árboles.
Las vacas comen la misma hierba a uno y otro lado
de la imaginaria muralla que los hombres hemos construido.

La línea que demarca separa
el corazón de los sentimientos, la riqueza de la pobreza.
El poder remarca con punzón de hierro
y la lluvia borra las fronteras.

El norte se pierde en la línea de sur.
Los gritos negros, voces ahogadas,
llaman en las aguas azules de los océanos
allí no hay líneas, allí reina el silencio.

Viejo continente, remarca más las líneas de muerte.
Mira al otro lado, aquel que no te hiere.
Líneas para protegerte de quien puede salvarte,
de tu longevo bienestar inerte.