martes, 10 de octubre de 2017

Política y políticos

POLÍTICA Y POLÍTICOS

                No suelo escribir habitualmente sobre política pero hoy, a falta de unas horas para escuchar la esperada declaración de un presidente que lleva mucho anunciando la independencia de su autonomía, casi me obliga la situación. Sin ánimo de ser cretino y ofrecer una solución al conflicto, simplemente me voy a centrar en la imagen que transmiten los políticos, cuando hacen política de una cuestión tan importante como es la separación de una parte del territorio de la nación.

                En primer lugar, las declaraciones de los principales líderes de los partidos políticos españoles están medidas. No dicen una palabra que pueda ser motivo para perder un solo voto. Traducido y para que se me entienda: La culpa la tienen otros partidos menos el suyo. El diálogo es su bandera y nadie habla a su estilo. Los valores democráticos son encarnados por su partido.  Y, lo mejor de todo, la misma declaración sirve para una cosa y para la contraria.

                En segundo lugar, si el partido disfruta de mayoría ganada en elecciones le sirve de argumento para hacer lo que le plazca, pero si no ha conseguido mayoría en las elecciones se arroga la categoría de mayoría social (interpretada como el sentimiento de los que no le han votado pero ellos se arrogan ser los interlocutores).

                En tercer lugar, ningún líder expone la pérdida de sus remuneraciones bajo ningún concepto.  La pela es la pela. Las pérdidas económicas se reparten entre todos pero “la moto no se toca que es mía”. Ahora bien, si alguno de sus súbditos se desvía de su voluntad puede retirarle toda remuneración.

                En cuarto lugar, del bien común de la ciudadanía mejor no se habla, no vaya a resultar que el pueblo se dé cuenta que no pinta nada en los planes del político de pacotilla. Hay demasiadas decisiones que se toman porque lo permite el derecho, pero no llevan a ningún bien y, mucho menos, a toda la comunidad (común).

                Y en quinto lugar, la política está al servicio de los políticos y no al revés. Las elecciones se convocan cundo conviene a unos determinados políticos y no, cuando corresponden. Las decisiones se toman en función de los votos a conseguir y no en función de la repercusión positiva en la mayoría de los ciudadanos.


                Así nos va, claro. Tenemos derecho a decidir y el deber de responder. La política es convivencia respetuosa entre personas con derechos y deberes. Con leyes y responsabilidades. Con libertad y, sobre todo, con paz. Mucha paz.

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