sábado, 23 de enero de 2016

POLÍTICOS Y CONFIANZA

                Cada ciudadano vota al partido que le parece porque cree que puede gestionar los principales problemas que le preocupan y buscar las mejores soluciones.    Pero se está dando un fenómeno muy curioso y es que, en vez de dedicarse a exponer cómo van a desarrollar sus políticas, se dedican a rebuscar en los trapos de sucios de los partidos que consideran sus adversarios. Han conseguido  con ello que los ciudadanos desconfiemos de todos ellos y que nadie se fie de nadie.
                Al mismo tiempo, y con estas actitudes, pretenden generar confianza en sus políticas y piden el voto a las mismas personas que les están observando. ¿Creen que son imbéciles o qué?
                Cuando son elegidos y han conseguido el voto que les encumbra a la categoría de “señorías”, se les olvida que, prioritariamente,  están al servicio del pueblo y no al partido por el que se han presentado. Los partidos que no piensan exactamente como ellos, les califican como enemigos y son incapaces de reconocer incluso aquellos aspectos en los que coinciden sus políticas.
                Los ciudadanos les votamos para que sean competentes, capaces de dialogar con quienes no piensen de la misma manera –como hace cualquier dictador-, para que mejore el entendimiento, la concordia, la justicia, los derechos y las libertades.

                La buena convivencia se fundamenta en la confianza entre las personas y la mayoría de los líderes políticos no están resultando precisamente modélicos. ¡Qué pena!    

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