3 CLAVES PARA DISTINGUIR A NECIOS, ESTÚPIDOS Y CRETINOS
Si no
te gusta malgastar tu vida y crees que merece la pena aprovecharla sin perder
ni un microsegundo, tal vez necesites aprender a reconocer a la parva de necios, cretinos y estúpidos que
merodean a tu alrededor. Suelen ser mucho más molestos que las nubes de mosquitos
que hay en las riberas de los ríos, en las tardes de verano. Tienen la misma
capacidad de crear malestar, picor y desasosiego. Molestan para caminar, te
amenazan con incrustarse en los ojos y, sobre todo, estás deseando perderlos de
vista.
NECIO:
El necio se caracteriza por
repetir sus errores una y otra vez. Son ese tipo de personas que se acercan
para contarte el mismo problema que ya le habías escuchado anteriormente varias
veces. Creen que, porque lo cuenten más veces, le vas a comprender mejor y de
paso les sirve para justificar su necedad. Lo peor que se puede hacer es entrar
en debate con el necio, porque jugarás en su propio reino de necedad y ahí,
llevas todas las de perder. El necio no es consciente de ello, no tiene sentido
del ridículo en sus actuaciones, lo cual realza su propia desnudez, como El rey
desnudo de Christian Andersen.
ESTÚPIDO:
Al estúpido le cuesta comprender
las cosas. Su torpeza inherente le aboca irremediablemente a la necedad. El
estúpido no sólo provoca daño a los demás, de una forma u otra por su estupidez,
sino que además él mismo no consigue beneficio alguno. Basa sus principios en
manías personales que rayan la psicosis. Su inmovilismo intelectual está tan
acentuado que son capaces de pensar que cualquier tipo de giro siempre se
produce por la acción de la misma manivela. Les interesa más tener razón que el
conocimiento.
CRETINO:
Y, por
último, aparece la figura del cretino.
Ese personaje listillo que todo lo sabe. Como dice el refrán: “Necio que sabe
latín, doble ruin”. No me refiero a quien padece la enfermedad de cretinismo
con un retardo en su crecimiento físico o mental debido al mal funcionamiento
de la glándula tiroides, sino a la persona que reúne las dos propiedades
anteriores: necedad y estupidez. Se considera al individuo poco talentoso, es
decir, lo que solemos entender como “tonto”.
Aclarada
la terminología apunto tres claves para
sobrevivir en un medio que disponga de tan poco espacio para tanto tonto.
-
Con el necio
no se discute, se aplazan los debates para no tenerlos nunca.
-
Al estúpido
se le deja una grabadora para que relate sus consejos y jamás se pulsa el botón de play.
-
Al cretino
es mejor dejarle solo, él sabe que es dios y se lo cree.