miércoles, 15 de junio de 2016

Palabras al corazón

Aquí dejo derramadas mis palabras.
Envueltas en esta red cibernética
tejida de filiformes y débiles nudos.

Ahí siembro mis pensamientos.
Porque sí. Soñando lazos imposibles.
Sembrando granos de pequeñas esperanzas.

Así se transforma el corazón
con pequeños gestos de cercanía
que toquen el fondo del bien ser.

Acá no espero la vuelta que deseo.
Una señal apenas dibujada
de esa luz impregnada de calidez.

Allá florecen los diminutos brotes
de un sentimiento común,
escondidos aún en la dura apariencia.

Espero siempre, el bien tapado,
la mente liberada de sus propios barrotes,
y al ruiseñor llenando las tardes de verano.




martes, 7 de junio de 2016

Bandeja de entrada

                Cualquier persona que haya utilizado el correo electrónico sabe de qué estamos hablando. En dicha bandeja aparecen aquellos mensajes escritos que, algunos de los contactos más habituales, envían por e-mail. Es verdad que el whatsapp está sustituyendo, en muchas ocasiones, al correo electrónico y también es representativo de lo que voy a constatar.
                ¡Cuántas veces habremos oído la frase!: Tengo muchísimos e-mails en la bandeja de entrada sin contestar. Puede parecer un signo de la ingente cantidad de relaciones que una persona mantiene en su vida social. La relación mensajes recibidos parece correlacionada con la vida social. Y digo parece, porque a mí me da a la nariz de que no es exactamente así.
                Para muestra un botón. Supón que eres empleado de una empresa determinada y mantienes una relación social con todo el personal. Mientras perteneces a dicha empresa, la bandeja de entrada no deja de estar continuamente recibiendo mensajes de esas personas. Abandonas la empresa, por el motivo que fuere y, pasado un breve espacio de tiempo, la bandeja de entrada de los e-mail tiende a infinitésimo (número que se aproxima indefinidamente a 0). Un poquito más tarde se suprimen los elementos de la
bandeja de entrada y pasan a formar parte de elementos eliminados, posteriormente se envían a la papelera. Finalizando el proceso con un clic en Vaciar papelera.  A partir de ese instante acabas de pasar a la nada, a la no existencia. Fin de las relaciones sociales. Eso sí, puedes permanecer en las redes sociales que quieras como un elemento abstracto colgado en una nube informática, en la gran red de redes. ¡Impresionante!
                Añoro aquellas epístolas escritas a puño y letra. Metidas en un sobre con el matasellos de correos impreso. Esas cartas que comenzaban de la siguiente manera: “Querido/a … Esta carta es para decirte…” Esas cartas no llegaban a la bandeja de entrada… Muchas de esas cartas llegaban al corazón.



                 

jueves, 2 de junio de 2016

REDES SOCIALES

He pulsado con el índice el ratón de mi viejo ordenador.
Clic.
Una mano cerrada con el pulgar erecto
ha aparecido en la pantalla, seguida por un “Tú y 17 personas más”.

Quizás, alguien se sienta bien al otro lado
de la gran red social. Atrapado en su tela de araña,
envuelto en la imaginaria acogida del mundo.
Red, querida red…

Si no fuera por ti, ¿quién escucharía mi canto y mis lágrimas?
¿Quién sabría de mi soledad en red?
¿Quién tocaría con sus manos las mías?
¿Quién soñaría una belleza deseada?

Y, si pudiera despojarme de tus hilos…
Tal vez encontrara unos ojos clavados en mi mirada,
Un aliento cálido fundido en la palabra,

Una piel narrando su historia real de vida.


miércoles, 1 de junio de 2016

¿Qué diría el Mago Mangarín?

El recuerdo de su niñez, de su juventud, de su vida adulta viene y va con un movimiento pendular.
-Ya sé que no puedo ser otra vez joven, pero seguro que puedo seguir evolucionando, cambiando mi vida. No puedo encerrarme en lo que hago siempre. Necesito descubrir nuevos retos que me impulsen a encontrar la felicidad que siempre estoy buscando. Mi mente no se puede anquilosar en la rutina diaria a la que me veo obligado a realizar por mis propias limitaciones de la edad. Aunque también creo que yo mismo me pongo barreras en el camino que quiero recorrer. Mis huesos están entumecidos por la poca movilidad que voy teniendo poco a poco. Quizás necesitaría moverme más. Pero por otro lado compruebo que, en cuanto me paso con un poco de ejercicio, aparecen los dichosos dolores que me tienen harto.
La verdad es que mi vida se ha centrado en muy pocas cosas. He vivido encerrado en mí mismo demasiado tiempo creyendo que lo que pensaba, hacía y soñaba era lo mejor. Ahora estoy descubriendo que la vida es poliédrica. El mundo que me he hecho para mí ha impedido que camine hacia la belleza de lo desconocido, a la inseguridad que proporciona la libertad, al espacio galáctico que abre los horizontes de par en par. Quizás ya sea demasiado tarde, quizás todavía tenga tiempo suficiente para lograr lo que jamás pensé que necesitaría con tanto entusiasmo.
El brillo de sus ojos iluminó la mañana de color. Sintió en su piel un escalofrío como hacía mucho no había sentido y se dirigió al baño para acicalarse y ponerse de lo más elegante. Hoy tenía que ser un día diferente a todos los demás. Estaba convencido de su fortaleza y se disponía a poner en práctica los sentimientos positivos que le habían abordado en esta mañana. La vitalidad entró en sus entrañas y se sentía con todas las fuerzas del mundo para tirar hacia adelante.

¿Qué diría el Mago Mangarín de todo esto? Seguramente, pensaba David, me diría que el cambio fundamental que se produce en las personas debe salir de ellas mismas. Lo importante es reconocer quién es uno y a dónde quiere llegar.



jueves, 26 de mayo de 2016

Éxito y trabajo

El trabajo suele ocupar un tercio del tiempo de nuestra vida. Demasiado tiempo empleado como para no tener en cuenta la relevancia y la influencia que ejerce en la orientación de nuestro caminar por este mundo. Y si ya dedicamos tanto tiempo a él, mejor será vivir con alegría que sufrirlo permanentemente. El trabajo es un medio de progreso personal y de crecimiento. Por ello la elección, el desarrollo y el final de la actividad laboral consumen importantes recursos personales. Pensemos en la formación general adquirida en el periodo de escolarización, la preparación profesional desarrollada en las primeras prácticas en la empresa o el reciclado permanente, necesario para estar al día en las tecnologías o métodos de trabajo. Los cambios en las necesidades de los clientes se producen a una velocidad vertiginosa y las empresas invierten grandes esfuerzos, a todos los niveles, para poder responder a las expectativas de sus clientes. El trabajo bien hecho es el trabajo excelente, perogrullada que no necesita explicación pero que a mí me interesa matizar en este capítulo.
Por otro lado existe una corriente de pensamiento que sustenta el valor de sus principios en la suerte o el destino, lo he señalado en el primer capítulo. Actualmente se magnifican en los medios televisivos, especialmente en los programas rosa, las referencias personales de quienes logran éxito en sus vidas ganando concursos, ruletas, grandes hermanos. Pero en las vidas interiores de estos personajes «famosillos» se perciben carencias afectivas, falta de personalidad, escasa fortaleza y valores poco cultivados en el seno de la familia. El esfuerzo personal es un ente abstracto totalmente desconocido. Se fomenta transmitir la idea de que el éxito puede llegar sin tener que hacer absolutamente nada. Es cuestión de un golpe de suerte. Este tipo de principios nos han llevado, en algunas ocasiones, a conceptuar el trabajo de forma peyorativa. Para tener éxito en esta vida no hay que trabajar, es cuestión de ser un poco listo y tener suerte. 
Las personas trabajadoras, sin hacer diferencia entre quienes desarrollan su empleo de forma autónoma o quienes dependen de una nómina, conforman la gran colectividad que sostiene el sistema productivo de cualquier sociedad. Esta labor es crucial y distintiva del desarrollo humano. No quiero entrar a valorar las condiciones actuales en materia laboral de la mayoría de los trabajadores en el mundo. Mi interés se centra en aportar una visión positiva del trabajo personal que puede desarrollar cualquier persona, independientemente de los condicionantes inevitables que le pueden afectar en función de la situación cultural, económica o social en la que se encuentren. 
     El trabajo afianza la subsistencia de los individuos proporcionando los recursos necesarios para poder mantener una independencia económica. Todos conocemos la importancia que tiene el acceso al mundo laboral para vivir con dignidad. Una persona sin trabajo carece de los medios más elementales para completar su proyecto de vida. Los jóvenes buscan la independencia económica mediante la inserción laboral. Este proceso de autonomía es natural en el desarrollo de cualquier persona. Según van pasando los años a los jóvenes les resulta más difícil convivir en la residencia de los padres. El pundonor personal frena la idea de tener que estar pidiendo a la familia continuamente el sustento económico para sobrevivir. Exceptuando, claro está, aquellos jóvenes que, a conciencia y por voluntad egoísta, se aprovechan de la familia de una manera irresponsable. Coincide este modelo de juventud con la llamada generación «nini»: ni trabajan, ni estudian. No se tiene prisa en hacerse mayor, se está muy bien en la casa de los papás y se siente cómo fuera de ella hace mucho frío, es decir, son demasiadas adversidades a las que hay que enfrentarse. 
Fragmento del libro: "Caminar a tientas" de Rafael Roldán.