Dime que se ha marchado la violencia al país de la paz.
Dime
que se habla en las plazas y en las mesas.
Dime
que se aceptan los errores personales, las disculpas.
Dime
que aumentan sin medida los abrazos de verdad.
Dime
que los pájaros penetran en las casas.
Dime
que las cerraduras ya no tienen sentido.
Dime
que los deberes van de la mano de los derechos.
Dime
que “por favor” y “gracias” son las palabras de moda.
Dime
que en las calles no has encontrado a mendigos.
Dime
que todas las religiones han descubierto que no son las verdaderas.
Dime
que los políticos ahora contestan con monosílabos: sí o no.
Dime
que en los autobuses de línea sólo se sienta quien realmente lo necesita.
Dime
que hay tanta responsabilidad que ya no entregan medallas al mérito.
Dime
que se ha muerto la desidia, el egoísmo y han desaparecido los espejos.
Dime
que se mira más a los ojos que a las pantallas digitales.
Dime
que los escolares salen al recreo y se dejan el móvil en clase.
Dime
que los ancianos mueren en sus casas y los niños acuden al cementerio.
Dime
que sientes las caricias de los árboles y el beso de los vientos.
Dime
que respiras la vida cada segundo como el mejor regalo del mundo.
Dime que te amas.