POLÍTICA Y POLÍTICOS
No
suelo escribir habitualmente sobre política pero hoy, a falta de unas horas
para escuchar la esperada declaración de un presidente que lleva mucho anunciando
la independencia de su autonomía, casi me obliga la situación. Sin ánimo de ser
cretino y ofrecer una solución al conflicto, simplemente me voy a centrar en la
imagen que transmiten los políticos,
cuando hacen política de una
cuestión tan importante como es la separación de una parte del territorio de la
nación.
En
primer lugar, las declaraciones de
los principales líderes de los partidos políticos españoles están medidas. No dicen una palabra que
pueda ser motivo para perder un solo voto. Traducido y para que se me entienda:
La culpa la tienen otros partidos menos el suyo. El diálogo es su bandera y nadie
habla a su estilo. Los valores democráticos son encarnados por su partido. Y, lo mejor de todo, la misma declaración sirve
para una cosa y para la contraria.
En
segundo lugar, si el partido disfruta de mayoría
ganada en elecciones le sirve de
argumento para hacer lo que le plazca, pero si no ha conseguido mayoría en las
elecciones se arroga la categoría de mayoría
social (interpretada como el sentimiento de los que no le han votado pero
ellos se arrogan ser los interlocutores).
En
tercer lugar, ningún líder expone la pérdida
de sus remuneraciones bajo ningún concepto. La pela es la pela. Las pérdidas económicas se
reparten entre todos pero “la moto no se toca que es mía”. Ahora bien, si
alguno de sus súbditos se desvía de su voluntad puede retirarle toda
remuneración.
En
cuarto lugar, del bien común de la
ciudadanía mejor no se habla, no vaya a resultar que el pueblo se dé cuenta que
no pinta nada en los planes del político de pacotilla. Hay demasiadas
decisiones que se toman porque lo permite el derecho, pero no llevan a ningún bien y, mucho menos, a toda la
comunidad (común).
Y en
quinto lugar, la política está al
servicio de los políticos y no al revés. Las elecciones se convocan cundo
conviene a unos determinados políticos y no, cuando corresponden. Las
decisiones se toman en función de los votos a conseguir y no en función de la
repercusión positiva en la mayoría de los ciudadanos.
Así nos
va, claro. Tenemos derecho a decidir y el deber de responder. La política es
convivencia respetuosa entre personas con derechos y deberes. Con leyes y
responsabilidades. Con libertad y, sobre todo, con paz. Mucha paz.