Se dice que el secreto de la eterna
juventud reside en el sexo. Seguramente. Parece ser que cuando se alcanza el
climax se liberan estrógenos que tienen relación con una proteína que mejora la
característica de elasticidad de la piel y también liberan endorfinas que
actúan como analgésico natural.
A todo el mundo le gusta ser feliz a
tope. Siempre. Unas personas aspiran a encontrarla de manera individual. Quizás
la mayoría la buscan en compañía de su media naranja. Vivir en plenitud durante
toda la vida. Dicho de otra manera: en orgasmo permanente. Para lo cual, la
mayor parte de las parejas, basan sus relaciones en dos aspectos fundamentales:
Uno, que haya química o feeling y dos, la voluntad de convivencia con la otra
persona.
Y, ¿qué sucede, cuando desaparece el
feeling? Pues que pierde sentido el valor de la voluntad de convivencia. Por
consiguiente, o se da un acomodo insufrible o la separación es irremediable.
Una posible explicación: La
convivencia de pareja se basa en el principio del “Orgasmo Permanente”. Este
Síndrome se suele dar en personas con
las siguientes Características:
1.- Se aferran a la eterna juventud,
independientemente de lo que ponga en el documento nacional de identidad. No
soportan los defectos ajenos, como para caer en la cuenta de las carencias
propias. Todo lo que no les proporcione felicidad inmediata, no merece la pena
2.-Del aburrimiento y la monotonía
siempre es culpable la pareja. Nadie cuestiona ser él mismo, el origen o la
causa de que la relación no se esté cuidando con delicadeza y entrega. Y así, cuando
no se reconoce el problema, es imposible acercarse a la solución.
3.-Existe una resistencia generalizada
a reconocer el envejecimiento propio de cualquier ser vivo. Cuando las arrugas
se descubren en la pareja o en la misma persona, la tendencia es taparlas a
base de lo que sea. Sin asumir que el proceso de la vida es así.
4.-El feeling es esa química positiva
que se da entre dos. Y se rompe cuando un miembro de la pareja decide, de
manera subjetiva, que no es positiva. Además tiene la ventaja de que el
concepto feeling no es necesario razonarlo. Se produce o no se produce. Por
tanto, si se concibe que no hay el disfrute esperado, a pleno rendimiento, pues
no hay feeling.
Si,
por casualidad, se dan dos o más de estas características convendría
preguntarse, en profundidad, en que se fundamenta la voluntad de convivencia.
Pero lo que está claro es que no es normal encontrar a gente en orgasmo
permanente. Quizás la haya.