miércoles, 28 de junio de 2017

Blanca y Bécquer

Bécquer sentado junto al castillo de Trasmoz

La noche estrellada en el monte de la villa. Solo el silencio se pasea de puntillas por las calles, callando los secretos de sus gentes. La luna pendiente de todos los movimientos. Blancura, allá en lo alto, claridad blanca. El silbido tenue de una caricia del viento llamó la atención de la singular silueta. Tentado estuvo el poeta de girar su rostro de bronce entumecido y volver la vista hacia atrás para ver de dónde provenía el sonido. Pero la prudencia le invitó a permanecer hierático, sentado, mirando las sombras chorreadas por la huecha del lugar. 
 Unos pasos se acercan, apenas perceptibles, remueven los pequeños guijarros en el camino del cementerio. Zapatos blancos de charol. Calcetines de puntillas, blancos también, como la blanca luna y el vestido de comunión que la envolvía en el misterio insólito del lugar. El cabello descendiendo sobre sus delicados hombros femeninos, ensortijado en bucles de oro y arcanos deseos. El camino de subida al castillo se había borrado con el olor al tomillo y el aliento del Moncayo. 
 Gustavo, el poeta romántico, allí estaba detenido, sentado, llamando al tiempo de su tiempo. Una mano sostiene el contador de las horas, de los días y de las eternas esperas sin nombre. La otra, enmudece las cartas inéditas que un día leerán muchos ojos ávidos de la belleza del logos. Con la mirada reposada, en lontananza, fantaseando con el silencio monacal del monasterio de Veruela. Envuelto en su capa, la amiga de inviernos y senderos, sintió una presencia en sus espaldas. La mano se posó en su hombro. Mucho más gélida que la temperatura del resonante cuerpo bronceado. Un escalofrío estremeció los cimientos de la fortaleza y algunas ondas trasladaron la sensación al mismísimo nigromante que la construyó. 
 -No temas amigo. He bajado de la ardiente clara nocturna, para sentarme a tu lado, y soñar, en este espacio maldito para creyentes, en esta bruma esotérica de brujas y embrujos, de queimadas y locura, de placer y poesía.

domingo, 25 de junio de 2017

Flor encendida

Flor encendida,
semilla,
en un hálito contenida.  
Peregrina,
germen ambulante,
casi divina.
Te disemina un soplo
y se apagan tus estrellas,
pero fluye la vida.

Flor encendida

viernes, 23 de junio de 2017

Levedad

Levedad

Detrás de tu nombre se han bosquejado mis sueños.
Delante, mis dudas, la mar troceada.
En medio, el abismo, farallón infinito.

Y, solo un beso huidizo gravita perdido.

viernes, 16 de junio de 2017

Ardiente

En tus manos un suspiro,
en tus ojos la mar abierta,
en tus labios cántaros de agua
derramados en el río.

Dormida la playa seca,
inconsciente el desierto,
bajo tus  gráciles pies
caminando a cielo abierto.

El murmullo de tus pasos
en la húmeda fronda
perturba mis sentidos
abrazado a tu sombra.

Envuelto en tus abrazos,
dibujado con pinceles,
soy cuadro en tus lienzos
latón fino de oropeles.

Gélida brisa, nívea flor.
Llovizna de otoño presente,
sofoca esta noche el calor
y serena un corazón ardiente.

Sol ardiente



martes, 16 de mayo de 2017

El gran mono y sus monitos

No ver, no oír, no hablar
El gran mono y sus monitos

                Una de las características del mono es la trepa o ascenso, sin importar los medios que utilice para lograrlo. Los monos lo hacen para encaramarse en las alturas de los árboles, es una manera de dominar el territorio. Algunas personas, se les olvida su condición de tales y también trepan hacia lo alto de la escala social sin considerar a quien pisan, ni las nefastas consecuencias de sus acciones. Al gran mono todo honor y toda gloria. Porque esas son dos de sus principales consignas: honor y gloria. Honor, como la cualidad que impulsa a hacer lo correcto, el deber moral. Gloria, como felicidad máxima que cumple la voluntad de dios. Pero el gran mono omite, es decir se calla de manera voluntaria, la creencia de que él es el mismísimo dios. El gran mono, por excelencia.

                El gran mono, al fin y al cabo no es sino un mono en fase de aprendizaje. Los monos aprenden observando el comportamiento de las conductas de otros de su especie. En el caso del gran mono, en la especie humana, no es sino una persona que, observando los comportamientos más ruines, aprende a subir a costa de machacar a sus semejantes.

                Pero para llegar a ser gran mono se necesitan monos pequeñitos. Lo grande no existe sin lo pequeño. El gran mono será más gran cuantos más monitos le imiten. El gran mono desaparecerá cuando nadie le siga. Al gran mono le gustan los fastos, las ceremonias, las corbatas, las condecoraciones, las medallas, los fuegos artificiales, los don y los din, especialmente los “din-eritos”. Las reverencias y las eminencias, las coronas de todo tipo, los birretes con borlas, báculos y varas de mando, togas con esclavinas, boatos y si es necesario, se interpreta al beato. Glorias y fuegos fatuos que confundan al vulgo. Luces y timbales que anuncien el honor y tapen el horror y el error.

                Los pobres monitos son los encargados de servir y preparar la gran fiesta del gran mono. Acuden por imperativo legal a los actos de adoración y de oración, si fuera necesario. A inclinar su cuerpo en señal de sumisión, a clavar las rodillas en el mármol de carrara que ha despilfarrado el gran mono. Y de esa manera, podrán pagar las letras del todoterreno recién comprado, o la hipoteca de la casa, o las clases de piano para el niño, o los fines de semana esquiando en la nieve.

                Los monitos solo deben asentir, en todo, al gran mono. De lo contrario perderán la zanahoria que les ha puesto delante de sus narices y de paso también perderán el coco. Poquito a poquito, Despacito… como entona la canción de Luis Fonsi. Hasta quedarse sin criterio y pensamiento propio. Totalmente irresponsables, es decir, incapaces de responder por nada. Simplemente se limitan a imitar al gran mono y ser monitos, que para eso les pagan.


domingo, 7 de mayo de 2017

Falacias y paradojas

Falacias y paradojas

       En diciembre de 2015 escribía el siguiente post. Hoy sigo pensando lo mismo. ¿Por qué no se habla con claridad?
No se oye a nadie decir: “Me equivoqué”. “Lo siento”. “Soy responsable de este fracaso”. “Dejo mi puesto para que otra persona pueda intentar hacerlo mejor que yo”.
Solamente escucho acusaciones al adversario. La culpa es de los demás. Los malos no son de los nuestros. La verdad es de mi propiedad y la mentira siempre es ajena.
         Equivocarse es humano y mentir es aferrarse a la inhumanidad de los cobardes. Las personas valientes son molestas para las mayorías y se suele prescindir de ellas. En la política sucede algo parecido.
         Cito el post mencionado:


La falacia es el engaño o mentira con el que se pretende engañar a una persona sin que ésta se entere de ello. Y la paradoja es una expresión que envuelve una contradicción. Son dos palabras extraordinariamente representativas que utilizan nuestros políticos para buscar el lanzamiento hasta el poder. Una vez instalados en el sillón, le corresponde al elector comprobar cuánto hay de mentira o verdad en las afirmaciones que utilizaron sus elegidos en las campañas de captación de adeptos.

Los ciudadanos ya estamos muy cansados de tantas mentiras, expresadas en forma de falacias o de paradojas. Necesitamos comprobar con nitidez las verdades como puños. Los representantes políticos de los partidos nos han acostumbrado a soportarles circunloquios ante cualquier pregunta directa que simplemente tiene dos respuestas: sí o no. Te intentan convencer de que un triángulo es cuadrado e incluso redondo y se quedan tan “anchos”.
 
Con estas artimañas han conseguido que las personas de a pie interpreten que el significado más genuino de la política es el arte de salir impecable de las situaciones difíciles de resolver, del embrollo. Hay que quedar “bien” a toda costa. “Lo que digo, lo digo ahora, mientras me desdigo de lo que dije, no se vaya a pensar en que dije lo que no dije.” Lo de menos es solucionar los problemas. La mayoría de los políticos se llaman Sisi o Nono. Sisi a lo que les pidas y Nono a lo que les exijas. Y todos los partidos, sean del color que sean, son la “única alternativa”. Todas sus verdades son las buenas y salvadoras, frente a las del resto de partidos que todos sus planteamientos son malos y abocados al desastre. 


Estamos en vísperas de elecciones. ¿Has pensado cuánto cuesta la mentira, esté encubierta en la falacia o envuelta en paradoja? “

miércoles, 12 de abril de 2017

Brocal

mirada al agua del pozo












Si mis ojos, un brocal confundieran,  
rellenos de mil lágrimas cautivas  
robadas a la tierra que cultivas,   
en témpano de tu piel se fundieran.

Mis labios secos de mirar, bebieran
el oscuro azul, fluido que me privas  
hermoso regalo de tus dádivas  
si tus miradas en mi se volvieran.

Con luz, en mi imagen te suspiro.
Roba la noche mi cara a la luna  
ahogado en ti, sin aire respiro.

Una piedra coge la pena, una. 
Todas soportan mi sueño herido
Brocal dolorido, posa en tu cuna.

lunes, 3 de abril de 2017

Presentación El Mago Mangarín en Trasmoz

La Biblioteca del Ayuntamiento Trasmoz organiza una presentación literaria el día 23 de Abril de 2017, con motivo del Día del Libro.
Se presentará el libro EL MAGO MANGARÍN, escrito por Rafael Roldán, en el Salón Multiusos de la localidad a las 12 horas del mediodía.
Quedáis todos invitados al acto.

lunes, 27 de marzo de 2017

Hablar de política y respeto

                Vivimos en el estado español, que yo sepa. Pero lo digo en voz baja porque siempre aparecerá el autodenominado demócrato o la autadenominada demócrata –para no ofender a los y las- de turno, que afirme que España no es estado sino un país de países, un pueblo de pueblos o una tierra de tierras, claro. En el mapamundi si busco dónde me encuentro se denomina España.
                Pero si quiero hablar de política tengo que tener cuidado en decir que soy español. Por supuesto no se me ocurrirá poner la bandera española en la puerta de mi casa porque puede convertirse en miel para energúmenos y son capaces de romperme los cristales o darle diferentes manos de pintura con escritos de facha a mi fachada o a su fachada, no lo sé.
                Hoy la política se reduce, desgraciadamente, a la defensa de dos visiones de afrontar los problemas de la gente: Los que piensan que su modelo político es el único válido (la derecha de toda la vida y la actual) y los que piensan que su modelo es el único válido (la izquierda de toda la vida y la actual). Cada uno disfrazado con la piel de cordero que más se ajusta a la moda.
                Echo en falta políticos y políticas, en el más amplio sentido de la palabra, que dialoguen con quienes no tienen su misma visión, en vez de cacarear la palabra diálogo. Que ofrezcan soluciones a los problemas y no problemas a las soluciones. Que generen confianza entre los ciudadanos y no fomenten enfrentamientos innecesarios. Que admitan alguna vez que se equivocan y si toman muchas decisiones, que se equivocan muchas veces más. Echo en falta, políticos y políticas que fomente el respeto a todos los niveles. Porque sin respeto no hay sociedad que avance.  

                 

miércoles, 15 de marzo de 2017

Soy yo

Llamará a tu puerta


    Soy yo

Se había oído una llamada en la puerta. A nadie aguardaba a esas horas. Tras unos segundos de espera volvieron a repicar los tres toques en la aldaba. El gato negro ni siquiera se sobresaltó y continuó dormido sobre la alfombra. El sofá todavía conservaba el calor del anciano cuerpo arropado. Con mucho esfuerzo se levantó y, a pasos cortos, recorrió el pasillo hasta llegar a la entrada de la casa. Retiró la chapa metálica de la mirilla y un rostro, desconocido pero esperado, permaneció inmóvil, clavado en ojo cristalino de la vivienda.
 -¡No puede ser! ¿Por qué llega en este momento? –Gritaba su mente descompuesta. Ya se había dado cuenta de la identidad del visitante, pero no obstante hacía un esfuerzo por confirmar que no se había equivocado con el personaje.
 -¿Quién es?
 -Soy yo.
 -Y, ¿quién eres tú?
 -Lo sabes perfectamente. –Es verdad. Tenía la certeza de que tarde o temprano llamaría a su puerta. Estaba ahí. No había dudas.
-¿Puedes volver más tarde? –La pregunta carecía de sentido y el sonido se diluyó en el aire ahogando el deseo más fuerte que cualquier ser vivo alberga en su interior. A pesar de la evidencia ineludible intentó descorrer un enorme cerrojo para impedir la entrada del extraño, pero la madera se pulverizó por arte de magia e hizo un pequeño montón de serrín junto a sus zapatillas. De repente, quedó paralizado frente a su nuevo y último visitante.
-¡No me toques, por favor! –La súplica resonó como un eco de los tiempos mientras se esparcían sus propias cenizas en una cuneta de la historia. Silencio.