lunes, 25 de julio de 2016

¿Lo estás pasando mal?

            Estas palabras van dirigidas a quienes en estos momentos de su vida lo están pasando mal. No pretenden ser palabras para la compasión, ni siquiera un gesto de comprensión. Nadie es capaz de ponerse en el lugar del otro y mantener una empatía absoluta. Sólo el individuo que está sufriendo conoce la dimensión de su dolor y es, únicamente él mismo, quien decide aguantar o asumir su situación.
            Aguantar es sostener un peso, soportar algo o a alguien. Mantener un peso, por muy pequeño que parezca, puede hacerse in-soportable. Cuanto más tiempo se mantenga esta acción más pesado resultará. El cansancio irá haciendo mella hasta llegar un momento en el que la persona, prácticamente se sienta impotente. El aguante personal, a no ser que uno se sienta masoquista, es una actitud no deseada.
            Asumir es tomar para sí una tarea o una responsabilidad. Quien asume una responsabilidad la considera en el ámbito de su determinación de libertad personal. Por tanto, se orienta a trabajar en aras de buscar las soluciones más inteligentes para resolver cualquier situación, por muy delicada, molesta o dolorosa que fuere.

            ¿Cuánto puedes aguantar? ¿Qué quieres asumir? Tú, y solamente tú, decides. Quizás no hayas descubierto todavía que vales mucho más de lo jamás has pensado.

miércoles, 20 de julio de 2016

A los amigos que fueron

Hemos pasado muchos tiempos juntos
Haciendo planes que se cumplieron, o no.
Hablando de cosas fútiles y de profundidades.
Partidos de la risa o acompañando con lágrimas contenidas.

Eso, ya pasó.
Ahora queda el presente anodino del recuerdo.
La añoranza de la presencia ausente.
El suspiro de un nuevo reencuentro, casi abandonado.

El tamiz del tiempo purgó la esencia amical
con un cedazo cada vez más fino
que nos ha convertido en arena escurridiza,
depósito de la mar embalsada en las manos.

Ahora nos ha vencido la prisa y el reloj es nuestro dueño.
Atrás quedó la gratuidad de los minutos perdidos,
la inutilidad de las conversaciones que sólo confirman
la necesidad de sentirnos acariciados, amigos.




martes, 12 de julio de 2016

La locura de vivir

                Los partidos políticos a lo suyo. Parece que sólo les gusta presionar la tecla del play y repetir, una y otra vez, la misma monserga que les ha escrito en una octavilla el dirigente de su organización. Son un poco cretinos y piensan que sólo con “su receta” salvarán al país. Las orejas les sirven para apoyar las monturas de gafas que apenas son capaces de soportar los cristales de “culo de vaso”. Total para seguir en su ceguera. No ven tres palmos más allá de sus narices.
                Para el pueblo, pan y circo. Con la Eurocopa se olvidan todos los males. La gente es capaz de llorar de alegría porque un futbolista de su selección nacional que ha metido un gol. Un gol que ha hecho a todo un país feliz. Demasiadas personas son capaces de justificar el fraude fiscal de un excelente jugador de fútbol, incluso se ve con buenos ojos que todo un club de fútbol propague una campaña dándole su apoyo, utilizando el mismo eslogan que el de un asesinado por un terrorista. ¡Nos hemos vuelto locos!
                ¿Dónde se encuentran esas personas que lideren esta sociedad des-estructurada y carente de un horizonte humanizado? ¿Quiénes son referentes del bien ser que se atrevan a separar lo esencial de lo accidental, el grano de la paja?
                Sin ánimo de que flote una visión catastrófica de la sociedad en la que vivimos, me gustaría dejar claro mi convicción de que existen muchos padres y madres, educadores, profesionales, artistas, científicos, escritores, y un largo etc. de personas, que con su voluntad de mejorar esta humanidad, intentan todos los días dejar un mundo mejor que el que se encontraron. A todas ellas dedico las lágrimas de mi alegría, en medio de esta locura de vivir. Como las hormigas, ellas son las que colaboran en soportar el peso de lo que realmente necesitamos.  

        



viernes, 8 de julio de 2016

"SUS SEÑORÍAS"

                Seguramente ya hayan recogido sus actas de diputados (no añado también diputadas porque entonces debería haber comenzado diciendo “sus señoríos” y puede evocar connotaciones peyorativas) que son los documentos que certifican sus cargos como tales porque han sido elegidos por una parte de la población. Pues a “sus señorías” me permito hacerles una consideraciones como ciudadano de a pie.
                ¿Tanto cuesta anteponer el bien común al bien del partido o a la conveniencia personal? Da la impresión de que la única idea válida es la generada por la oficialidad del partido. Sus señorías explican de manera generalista la conveniencia de ponerse de acuerdo con el resto de partidos y de manera partidista su negativa a concretarlo. No creo que sus mentes aguanten tanto nivel de esquizofrenia. Si les digo la verdad, se parecen más a los perritos falderos pendientes en todo momento de su amo que a las auténticas personas libres buscando soluciones para mejorar la situación de sus representados. Esta actitud simplemente se explica porque parecen estar demasiado pendientes del premio de su líder. No vaya a ser que en el reparto de los puestos les dejen sentaditos en el suelo.
                ¿Podrían dejar de descalificar al adversario político y ofrecer alternativas comunes que recojan las mejores soluciones para la mayoría de la sociedad? Me da la impresión que debe ser bastante más difícil construir propuestas que criticar. Pero no se les olvide que han sido especialmente elegidos para lo primero y no exclusivamente para lo segundo.

                Si desconocen los significados de humildad y servicio podrían consultarlos. Les vendría muy bien. El primero, la humildad como actitud (que no hace ostentación de sus virtudes) y el segundo el servicio como tarea (trabajo que se hace especialmente para otra persona).