Dícese del muñeco que se articula con una cruceta de la
que cuelgan unos hilos que van atados a las partes del cuerpo que se quiere
mover. Todos nos hemos reído de pequeños con esos títeres vestidos de manera
estrafalaria, escuchando sus historias por boca de quien los maneja hábilmente.
La gracia de sus movimientos es directamente proporcional a la destreza de
quien los manipula. Cuanta más versatilidad en su movilidad más genuina es su
fantochada.
El
vulgo ríe las gracias de los fantoches, sin pensar que lo que están aplaudiendo
son las ocurrencias del manipulador. El fantoche actúa de cara a la galería. Es
el medio. Es la marioneta de su creador. Es el parapeto y escudo de quien se
esconde tras su poder para protegerse de la crítica de su público. Un titiritero
competente es aquel capaz de manejar el mayor número posible de monigotes. El
titiritero actúa desde las sombras, la mayoría de las veces, escondido y oculto detrás de los focos para que nadie
reconozca su rostro y adivine sus intenciones. Mano negra que maneja los hilos
del poder sin que su gran público note la repercusión de su actuación.
Ya
hemos nombrado los tres grandes actores de esta representación: El titiritero,
la marioneta y el público. Ya sabemos cuáles son las principales misiones de
cada uno. La del titiritero: manejar, manipular, conseguir sus objetivos del
público a través de muñecos. La del fantoche, ser el medio grotesco por el que
el titiritero induce a su público a consentir sus pretensiones. La del público:
reír las gracias del títere y pagar el gasto de la función.
Si
trasladamos estos conceptos a la política, la
justicia, la educación, la empresa, la economía, la religión, etc.
observaremos estos tres papeles perfectamente diferenciados. El problema surge
cuando, a nivel personal, se debe discernir en cuál de esos tres roles nos
encontramos clasificados y no sabemos la respuesta. Aunque más preocupante es
desconocer, por inconsciencia, cuál es el papel con el que cada uno se
identifica.
¿A
qué se dedica usted? ¿Es titiritero, fantoche o público?
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