martes, 21 de octubre de 2014

¿QUÉ MODELO DE ESCUELA QUEREMOS?


                Sin ánimo de manosear los conceptos fundamentales sobre la escuela, hoy más que nunca, se necesita nombrar las claves fundamentales que sustentan su razón de ser. Podemos decir sencillamente que la escuela se dedica a educar. Educar en su etimología latina “educere” se entiende como sacar a flote, extraer y también se puede comprender como “educare” o formar, instruir a las personas. En cualquier caso se trata de activar procesos complejos por medio de los cuales se transmiten valores, costumbres, formas de actuar, conocimientos. Con la intencionalidad de que las generaciones siguientes aprendan y desarrollen la cultura.
                La escuela puede poner el acento en el concepto “educere” tratando de sacar de cada persona lo más valioso que lleva dentro de su ser, para que desarrolle sus sentimientos, actitudes y comportamientos con toda su energía. Confiando en que la propia naturaleza humana tiende hacia lo positivo, hacia lo bueno y sea capaz de dejar a la humanidad un  legado mucho mejor que el que había heredado.
                Pero la escuela puede enfatizar el concepto de “educare”, es decir dar formación e instruir como enfoque principal de su tarea educativa. Posiblemente se pretenda conseguir la mejora de la humanidad, no me cabe la menor duda. Pero desde mi punto de vista no se confía en la bondad de la naturaleza humana y se impone la visión de quienes se otorgan la responsabilidad de instruir y dar la formación a quienes ellos consideran incapaces de adquirir su unívoca forma de pensar, sentir y actuar.
                Pienso que el primer enfoque, “educere” fundamenta los valores del respeto, el diálogo, la autoestima, la reflexión, la participación y el compromiso. Facilita la conformación de sociedades pluralistas y democráticas. Mientras que el segundo, “educare”, tiende a la imposición, obediencia, a la sumisión y el autoritarismo, caracterizado por las sociedades de pensamiento único y dictatoriales.
                Actualmente los gobiernos de los estados y, por consiguiente los responsables de las instituciones educativas, parecen estar más ocupados en controlar los procesos de instrucción y formación basados en el concepto de “educare” que en facilitar, a los individuos de la sociedad que gobiernan,  saquen a flote o extraigan, “educere”, sus verdaderas cualidades y aptitudes.

                ¿Qué modelo de escuela estamos fomentando? 

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