jueves, 11 de septiembre de 2014

Llenar el espíritu

Hoy predomina una moral descafeinada. Prima el consumo que fagocita todo lo que puede con el fin de conseguir nuevos estímulos que satisfagan el ego y el placer personal. No se valora la importancia de las dudas existenciales a pesar de que nos asaltan permanentemente y se opta por relativizar hasta extremos pueriles el fundamento de nuestra existencia. No nos queda otro remedio que abordar las grandes preguntas si queremos llenar el espíritu con una cierta plenitud para nuestras vidas. Pensar que todo es relativo como los valores, la moral, la verdad, el bien, el mal, es una concepción de la vida que lleva a desarrollar un escepticismo sin medida y una desorientación generalizada.

Hay personas que echan la vista atrás y sólo se fijan en las imágenes del retrovisor. Mal pueden conducir su vida mirando al pasado. De la misma manera, otros optan por estar sumidos en el sueño de que, algún día en el futuro, su vida se aclarará cuando se den las circunstancias idóneas, sin embargo ese día cada vez se vuelve mucho más inalcanzable. En ocasiones la vida nos va dando señales para tomar decisiones que no podemos aplazar y sin embargo dejamos que el tiempo transcurra hasta que surge el detonante clave para que afrontemos lo que hace mucho tiempo deberíamos haber hecho.

De “Caminar a tientas”
Rafael Roldán


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